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¿Por qué la legendaria epopeya ‘El Cantar de las huestes de Ígor’ es el ‘Shakespeare ruso’?

Ilustración de Serguéi Kobuladze "Eclipse del Sol" para el poema "El Cantar de las huestes de Ígor"
Sverdlov / Sputnik
Esta es la principal historia detectivesca de la literatura rusa antigua: han pasado 225 años desde la primera publicación del manuscrito, y el misterio de El Cantar sigue fascinando a los investigadores.

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La historia de la literatura rusa tiene su propia “cuestión shakespeariana”. Así como los estudiosos anglosajones han debatido durante siglos si el hijo de un guantero y actor de provincias pudo haber escrito Romeo y Julieta, Hamlet y El sueño de una noche de verano, los eslavistas llevan dos siglos cruzando espadas en torno a esta obra del siglo XII que narra la desafortunada campaña del príncipe Ígor Sviatoslávich de Nóvgorod-Séverski contra los polovtsianos en 1185.

A diferencia de Shakespeare (cuya autoría no se cuestiona, aunque sí su biografía), El Cantar de las huestes de Ígor plantea dudas más profundas. El manuscrito original, hallado en el monasterio de Kirillo-Belozerski por el coleccionista de antigüedades conde Alexéi Musin-Pushkin, se perdió en el incendio de Moscú de 1812, junto con la mayoría de su colección. Sin embargo, sobrevivieron dos copias. Una de ellas, lujosa y elaborada en la década de 1790 por escribas profesionales, fue un encargo de la emperatriz Catalina II.

Una copia de la primera edición impresa (1800) del manuscrito ruso antiguo "El Cantar de las huestes de Ígor"
Vsévolod Tarasevich / Sputnik

La segunda es la copia personal de Musin-Pushkin, realizada un poco antes que la copia de Catalina. Fue utilizada en la preparación de la primera edición de 1800. Esta versión (copia) es importante para compararla con la de Catalina y para estudiar la historia de la preparación de esa primera edición. Contiene algunas discrepancias y anotaciones que no están presentes en la copia de Catalina, lo que refleja el trabajo individual de los editores.

También se conservan citas manuscritas del historiador Nikolái Karamzín, así como una paráfrasis en su célebre obra Historia del Estado ruso. Todo ello confirma que el historiador conocía el manuscrito antes de su primera publicación, que realmente existió y que fue destruido en un incendio.

Reproducción de la portada del libro "El Cantar de las huestes de Ígor". Moscú, editorial Literatura Infantil, 1975.
Sputnik

 Aun así, desde sus inicios hubo sospechas de falsificación. ¿Por qué?

1. “Está escrito con demasiada belleza”. Su lenguaje poético, simbólico y elaborado parecía demasiado sofisticado para el siglo XII.

2. Presuntas incongruencias lingüísticas, con palabras o formas que los expertos del siglo XVIII no reconocían como propias del antiguo ruso.

3. Detalles históricos (sobre la campaña de Ígor, otros príncipes o lugares) parecían incorrectos o desconocidos (aunque con el tiempo, muchos fueron confirmados).

4. Falta de otros ejemplares antiguos y de menciones al texto en otras crónicas medievales, lo que llevó a algunos a pensar que se trataba de una invención patriótica del siglo XVIII para crear una “epopeya nacional”.

Sin embargo, así como con el tiempo se zanjó el debate en favor de Shakespeare, la autenticidad del Cantar de las huestes de Ígor ha sido respaldada por múltiples estudios modernos.

Reproducción de la ilustración de Vladímir Favorski para el libro "El Cantar de las Huestes de Ígor". Moscú, editorial Literatura Infantil, 1975
Sputnik

Tres descubrimientos clave han despejado las dudas:

1. La “Zadónshchina”, un poema épico de los siglos XIV-XV, contiene citas y paralelismos estilísticos tomados del Cantar. Esto indica que el autor lo conocía y lo usó como fuente, lo que confirma su existencia previa.

2. Las cartas en corteza de abedul, halladas en el siglo XX, verificaron muchas de las palabras y construcciones lingüísticas del Cantar, antes consideradas anacrónicas o incorrectas.

3. Los hechos históricos narrados (la campaña de Ígor, las genealogías principescas, la geografía, costumbres y creencias) han sido validados por crónicas y fuentes del siglo XII y XIII.

Hoy, la comunidad científica reconoce que El Cantar de las huestes de Ígor es un monumento auténtico de la literatura rusa medieval. No es una falsificación tardía, sino una joya épica comparable con las grandes gestas universales. Por eso, para muchos, es el “Shakespeare ruso”.