3 obras de clásicos rusos sobre dinosaurios

‘Plutonia’, Vladímir Óbruchev / El camino al conocimiento, 1924
‘Plutonia’, Vladímir Óbruchev / El camino al conocimiento, 1924
Los humanos llevan descubriendo huesos de animales gigantes desde la Antigüedad. Sin embargo, durante mucho tiempo se creía que eran restos de antiguos gigantes muertos durante el Diluvio Universal (según la tradición bíblica) o de dragones legendarios (en la tradición china).

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La comprensión de a qué criaturas pertenecían esos esqueletos gigantes y a qué época geológica correspondían se formó solo en el primer tercio del siglo XIX. Aun así, el impacto inicial fue sobre todo dentro del ámbito científico. Los dinosaurios no penetraron en la cultura popular hasta mucho después. Uno de los precursores en hacerlo fue Arthur Conan Doyle con su famosa novela El mundo perdido, en la que un grupo de exploradores encuentra una meseta aislada donde aún viven dinosaurios, vuelan pterodáctilos y merodean simios humanoides.

Publicada en 1912, El mundo perdido fue un éxito inmediato y se tradujo de inmediato a numerosos idiomas, incluido el ruso. El célebre geólogo y viajero ruso Vladímir Óbruchev no pudo ignorar esta obra. La leyó con atención, señaló algunos errores científicos y… escribió su propia novela.

‘Plutonia’, de Vladímir Óbruchev

‘Plutonia’, Vladímir Óbruchev/ Nigma, 2023
‘Plutonia’, Vladímir Óbruchev/ Nigma, 2023

En el prólogo de Plutonia, Óbruchev afirma que solo dos novelas en la literatura mundial han logrado mostrar al público general las formas de vida antiguas: Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne, y El mundo perdido, de Conan Doyle. Ambas lo inspiraron a crear su propia obra, en la que, como científico serio, se permitió corregir los errores cometidos por sus predecesores novelistas.

Plutonia fue escrita en 1915, poco después de El mundo perdido, y publicada en 1924. En ella, una expedición científica descubre un mundo subterráneo iluminado por el núcleo de la Tierra como si fuera un sol. Allí, los científicos se encuentran con animales de distintas eras geológicas, incluidos dinosaurios, mamuts y tigres dientes de sable.

‘Salto al vacío’, de Alexánder Beliáev

‘Salto al vacío’, Alexánder Beliáev/La guardia joven, 1935
‘Salto al vacío’, Alexánder Beliáev/La guardia joven, 1935

El “padre” de la ciencia ficción rusa tampoco se mantuvo al margen de la moda dinosauriana, aunque trasladó a estas criaturas a otro planeta: Venus. A comienzos del siglo XX, poco se sabía sobre ese planeta, así que el autor tenía libertad para imaginar lo que quisiera. Beliáev pobló Venus con dinosaurios gigantescos, insectos monstruosos de la era mesozoica y criaturas fantásticas de seis brazos parecidas a simios.

Los protagonistas llegan a Venus huyendo de la revolución mundial triunfante… para caer de la sartén al fuego. La novela se publicó en 1933

‘La esfera lila’, de Kir Bulichov

‘La esfera lila’, Kir Bulichov/ Eksmo, 2023
‘La esfera lila’, Kir Bulichov/ Eksmo, 2023

Relato infantil perteneciente a la serie sobre Alisa Selezniova, una niña muy inteligente y resolutiva. Esta vez, Alisa y sus amigos intentan salvar la Tierra de una epidemia mortal que amenaza con propagarse desde una esfera lila abandonada por extraterrestres.

Usando una máquina del tiempo, Alisa viaja al pasado para encontrar la esfera y evitar la catástrofe. Como es un libro para niños, la prehistoria se denomina la Época de las Leyendas, y los dinosaurios recuerdan más a un dragón de cuento (como el Zméi Gorínich) que a criaturas científicas, coexistiendo con magos. Sin embargo, la obra conserva cierta cronología paleontológica.

La novela fue publicada en 1983.

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