Cómo un rusohablante no nativo perfeccionó el idioma ruso
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El ruso fue para Rosenthal un “idioma aprendido”, como solía decir él mismo. A pesar de ello, escribió alrededor de 400 artículos académicos, libros de texto y manuales que ayudaron a que amplios sectores de la población aprendieran y prestaran más atención a las normas del habla, la ortografía y la puntuación rusas.
Del polaco y el alemán al ruso
Dítmar Rosenthal nació en 1900 en una familia judía en la ciudad polaca de Łódź. Desde pequeño escuchó y habló yidis, polaco y alemán. Su padre trabajaba en Alemania, país que la familia apreciaba y donde disfrutaba vivir.
Más tarde, el futuro lingüista estudió en la Universidad de Moscú y al principio se especializó en polaco e italiano, defendiendo incluso su tesis sobre esta última lengua. Llegó a enseñar italiano a los oficiales en la escuela soviética de inteligencia. Solo más tarde orientó su trabajo hacia el ruso.
Primera Universidad Estatal de Moscú (MGU).
Rosenthal fue uno de los primeros en abordar los problemas de la enseñanza del ruso como lengua extranjera.
“La influencia de Rosenthal fue enorme. Era miembro de numerosos comités y organizaciones”, cita el portal Gramota.ru a Vladímir Slavkin, colega de Rosenthal y jefe del Departamento de Estilística del Lenguaje Ruso en la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Moscú.
“Pero, al mismo tiempo, no era solo un académico. Tenía un interés genuino por trabajar con la gente.”
El creador de la estilística práctica del idioma ruso
“El valor de esta disciplina”, afirma Slavkin, “es que está dirigida a millones. Puede llamarse ‘cultura del habla’. En esencia, es el arte de hablar y escribir con corrección ortográfica y de puntuación.”
El lema de Rosenthal, tanto en su vida como en su trabajo, era: “¡Hablemos correctamente!”. Fue, de hecho, el creador de un nuevo campo lingüístico: la estilística práctica del idioma ruso.
Su contribución fue especialmente importante en la formación de los periodistas. Fue consultor de presentadores de la televisión soviética y de la Radio de toda la Unión. Escuchaba con atención lo que se decía al aire y luego ofrecía observaciones detalladas y precisas para evitar que se repitieran errores en el futuro.
Rosenthal también publicó varios libros destinados a los trabajadores de los medios, como Diccionario de las dificultades del idioma ruso, Guía de puntuación, Manual de ortografía y edición literaria y Mayúsculas o minúsculas. Estas y muchas otras obras se convirtieron en auténticos libros de cabecera para periodistas y escritores.
Un intelectual sin excesiva seriedad
Rosenthal era un hombre de gran intelecto y refinamiento, algo perceptible incluso en los detalles más pequeños. Al mismo tiempo, tenía sentido del humor y sabía reírse de su propia disciplina.
En los años 80, los aspirantes a la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Moscú debían presentar sus publicaciones. En los materiales de una candidata aparecía la expresión “шотландское виски” (“whisky escocés”), escrita en género neutro, aunque los manuales prescribían usar el masculino “шотландский”.
Escalera principal de la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Moscú (MGU).
La joven explicó que en la redacción habían corregido la palabra de esa manera, aunque ella la había escrito correctamente.
“Llamé a Dítmar Eliáshevich a su casa y le conté el caso. Se echó a reír y dijo: ‘Que lo escriba así, mientras no lo ponga en plural’”, recuerda Slavkin.
Aún popular y respetado
Treinta años después de su muerte, los manuales de Rosenthal siguen siendo referencia obligada. Las razones son varias:
- Muchas de las afirmaciones que hizo siguen siendo válidas hoy. Rosenthal tenía una gran intuición para prever cómo evolucionarían las normas lingüísticas y la forma en que la gente realmente hablaría.
- Veía el idioma como un organismo vivo y proponía adaptaciones. Por ejemplo, antes de él, el acento de la palabra фольга (“papel de aluminio”) se colocaba en la primera sílaba (фóльга), pero él defendió la variante фольгá, con el acento final, más natural al oído ruso.
- Sabía presentar el material de manera clara y accesible, sin el exceso de tecnicismo académico que caracteriza a muchos lingüistas.
Jóvenes durante el Día de Puertas Abiertas de la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Moscú (MGU).
“Dítmar Eliáshevich quería que quienes hablan y escriben comprendieran siempre lo que dicen y cómo lo dicen, que supieran acercarse al idioma con flexibilidad. Este enfoque, establecido por Rosenthal, seguimos aplicándolo hoy tanto en el estudio como en la enseñanza del ruso”, afirma Slavkin.
La versión completa del artículo está disponible en ruso en el sitio web de Gramota.ru.