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Estos son los 5 animales más populares en la cultura rusa

Yuri Vasnetsov
Muy a menudo, estos animales aparecen en el folclore y los proverbios rusos, y también figuran en los escudos oficiales de numerosas ciudades. Además, existen bastantes supersticiones asociadas a estas nobles criaturas del bosque. Veamos cuáles son.

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5. La rana

Ilustración de Iván Bilibin para "La princesa rana".
Dominio público

Las ranas, al igual que las serpientes, representan el mundo mágico y están estrechamente relacionadas con hechiceros y fuerzas oscuras. En la antigua Rusia, a veces se predecía el clima según el croar de las ranas. Además, se realizaban ingeniosos rituales de amor con estos anfibios. En el folclore ruso, la icónica bruja Baba Yagá solía preparar siniestros brebajes mágicos con ranas y sapos en su caldero.

Ilustración de Iván Bilibin para "La princesa rana".
Dominio público

El cuento de la princesa rana es uno de los relatos populares más famosos de Rusia. Un hechizo maligno convirtió a Vasilisa la Hermosa en una rana. Iván Tsarévich tuvo que casarse con ella después de lanzar una flecha que cayó (por voluntad de su padre) justo en el pantano donde vivía la rana. Sin embargo, en ciertos momentos, Vasilisa podía desprenderse de su piel de rana y volver a su verdadero yo: la joven y hermosa Vasilisa la Sabia.

Vladímir Deulin. "La princesa rana" (Cofre pintado con una miniatura de Palej, 1975).
Casa de subastas Litfond

Más adelante, Vasilisa vuelve a transformarse en rana. Para ayudarla, Iván quemó la piel, pero así rompió el pacto mágico. Para recuperarla, tuvo que emprender un largo viaje y superar muchas pruebas.

4. El caballo

Ilustración para "Sivka-Burka". Editorial I.D. Satin, 1906.
Dominio público

El caballo fue uno de los animales más venerados entre los antiguos eslavos paganos, y por eso esta magnífica criatura aparece como figura central en muchos cuentos populares. El caballo era tanto un amigo fiel como un animal amante de la libertad. Un caballo salvaje simbolizaba a la propia Naturaleza: cuando galopaba, la tierra temblaba y el vapor salía de sus fosas nasales. El jinete que lograba domarlo adquiría una fuerza casi sobrenatural. En los cantos épicos medievales (bylinas), los bogatirs rusos eran representados a lomos de poderosos caballos con una velocidad y fuerza extraordinarias.

Víktor Vasnetsov. "Los bogatires", 1881-1898.
Galería Tretiakov

El cuento del caballo mágico Sivka-Burka es uno de los más populares. Este caballo solo aparece a quienes creen en él y lo llaman en campo abierto. Para ganarse su amistad, el héroe debe realizar una tarea extraña: entrar por su oreja derecha y salir por la izquierda. Sivka-Burka ayuda al protagonista a completar un reto casi imposible: ascender a lo alto de una torre jamás alcanzada y besar a la princesa.

Ilustración para el cuento "El caballito jorobado".
Colección de Dmitri Briujánov

A menudo, los caballos en los cuentos rusos poseen poderes mágicos: tienen alas e incluso pueden llevar al héroe de un mundo a otro. Pueden transportarlo hasta los confines de la Tierra, donde ningún humano común podría llegar por sí mismo. También ayudan a Iván Tsarévich a rescatar a su prometida, secuestrada por el malvado Koschéi el Inmortal.

3. El zorro

Desde pequeños, los niños rusos aprenden que el zorro es el animal más astuto. ¿Por qué? Porque fue el único que logró engañar al Kolobok. En este cuento, el protagonista es una especie de bollo redondo hecho de masa que huye de su abuela y su abuelo y rueda por el bosque. En su camino se encuentra con una liebre, un lobo y un oso, y escapa de todos cantando una alegre canción. Solo el astuto zorro fingió no oír bien, hizo que Kolobok se acercara y se lo comió.

Yevgueni Rachev. Ilustración para el cuento popular ruso "Kolobok". 1964.
Museo de Arte de la Región de Uliánovsk

Pero no solo Kolobok cae en sus trampas. En muchos cuentos rusos, el zorro representa la fuerza del engaño y puede dejar a sus víctimas en una situación desesperada. Es especialmente popular la historia en la que un zorro resulta más astuto que un lobo fuerte y malvado. Existe incluso un proverbio: “Un zorro puede engañar a siete lobos”.

Los lectores rusos también conocen las fábulas de Iván Krilov, que a menudo adaptaba historias de Esopo. En una de ellas, el zorro obtiene el queso del cuervo mediante halagos.

El zorro tiene varios apodos: “lisichka-sestrichka” (zorrita-hermanita) y el más respetuoso “Lisá Patrikéievna”, como si se tratara de una dama mayor. En el lenguaje popular, la comparación “astuto como un zorro” se usa sobre todo para describir a mujeres. Por esta razón, en los cuentos rusos el zorro suele ser femenino.

2. El lobo

Ilustración de Iván Bilibin para el cuento sobre el zarévich Iván, el Pájaro de Fuego y el Lobo Gris.
Dominio público

Los bosques rusos están llenos de lobos, que viven en manadas y se consideran animales muy peligrosos. Pueden aparecer en las aldeas para robar gallinas o devorar ovejas. En los cuentos, el lobo suele ser un personaje maligno. Sin embargo, para no asustar demasiado al público infantil, a menudo se lo presenta con rasgos ridículos, como ingenuidad o torpeza. Muchas veces es engañado por el zorro, mostrando que la inteligencia puede vencer a la fuerza bruta.

Víktor Vasnetsov. "El zarévich Iván y el lobo gris", 1889.
Galería Tretiakov

El lobo gris tiene también un lado noble. En el famoso cuento de Iván Tsarévich, el Pájaro de Fuego y el Lobo Gris, este último actúa como un aliado fiel que transporta al héroe más rápido que cualquier caballo y le ayuda a corregir sus errores.

1. El oso

Iván Shishkin. "Mañana en un bosque de pinos", 1889.
Galería Tretiakov

El oso pardo es uno de los animales más emblemáticos de la cultura rusa. De hecho, el “oso ruso” se ha convertido prácticamente en un símbolo de Rusia a ojos del mundo. El oso aparece en caricaturas, en heráldica, en escudos de ciudades y familias nobles.

Mientras que el león es “el rey de los animales”, en la antigua Rusia el oso era “el señor del bosque”. Este temible depredador inspiraba respeto y miedo. Quienes sobrevivían a un encuentro con un oso contaban la historia adornándola cada vez más. El animal era considerado sagrado, y era tabú pronunciar su verdadero nombre. En su lugar se usaban apodos: “kosolapi” (el zambo) o “mishka” (osito). Se creía que un trato respetuoso ayudaba a evitar el peligro. Las garras y pieles de oso se guardaban como amuletos para ahuyentar el mal.

Ilustración de 1935 para el cuento "Masha y los tres osos", en la versión de Lev Tolstói.
Dominio público

Muchas culturas del territorio ruso desarrollaron un auténtico culto al oso, especialmente las tribus paganas de Siberia, con rituales y cantos funerarios dedicados al espíritu del animal.

Yevgueni Charushin. "Teremok".
Museo de la Cultura del Norte Ruso

En los cuentos, el oso tiene un carácter ambiguo. Es protector de los débiles y juez justo, pero también puede ser ingenuo y torpe. En el cuento Teremok, varios animales se mudan a una casita vacía; el oso, demasiado grande, se sienta sobre ella y la destruye. Más tarde, todos construyen una nueva y viven juntos en paz.

Mijaíl Nésterov. "Juventud del venerable Sergio", 1892-1897.
Galería Tretiakov

Los osos también aparecen en historias sobre santos rusos, que simbolizan la virtud del amor auténtico. San Sergio de Rádonezh alimentó un oso hambriento y lo domesticó; San Serafín de Sarov también podía dar de comer a los osos con la mano.

François Riss. "Skoromoroj en una aldea", 1857.
Dominio público

Hasta finales del siglo XIX, los osos amaestrados encadenados eran un espectáculo común en ferias y festividades. También los riázhenye, personas disfrazadas de oso, eran invitados tradicionales en bodas campesinas. La domesticación del “señor de la taiga” se veía como símbolo del triunfo del cristianismo sobre las antiguas creencias paganas.