El ‘Perro Guardián de Moscú’: un gigante protector
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La historia de la raza comenzó después de la Gran Guerra Patria. En el famoso criadero “Estrella Roja” (donde nació la raza Terrier Negro Ruso), comenzaron a crear otra raza.
Tenía que ser grande, poderosa, poco exigente, fácil de entrenar y capaz de cumplir tareas de guardia y vigilancia en diferentes condiciones climáticas, tanto en Siberia como en Asia Central.
Los antepasados del Perro Guardián de Moscú fueron el Pastor Caucásico y el Pastor de Europa del Este, los San Bernardo y los Sabuesos Rusos Píos, los Terranova y sus cruces. A mediados de la década de 1950, los cinólogos lograron obtener un verdadero grupo racial con un tipo reconocible. En 1958 se aprobó el primer estándar de la raza y, en 1985, el Perro Guardián de Moscú fue reconocido oficialmente como raza.
Son perros grandes (cuando están completamente desarrollados, su altura no es inferior a 72–78 cm y su peso es de unos 45 kg) con una cabeza maciza y una cola ancha. A pesar de su severa apariencia, los “guardianes” no agreden sin motivo. Su pelaje largo y espeso los protege del frío. Su color rojo-pío moteado y las “gafas” oscuras en el hocico les dan un aspecto solemne.