Así fue como los gallos de pelea Orloff conquistaron el mundo

Stefano Spaziani/picture alliance/Getty Images
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Ganaron una enorme popularidad, luego casi desaparecieron, pero han vuelto a ganarse el cariño de los criadores de aves.

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La historia de los pollos Orloff tiene más de 200 años. Se remonta a los gallos barbudos persas de pelea traídos a Rusia desde Irán. Estos fueron cruzados con razas como la Ushanka rusa, la Turingia y la Bruggiana. El resultado fue una nueva raza llamada Orloff, en honor a su creador, el príncipe Alexéi Grigórievich Orlov-Chesmenski, también famoso por sus caballos trotadores, palomas, y por haber sido favorito de la emperatriz Catalina II.

A finales del siglo XIX la raza se volvió popular en Europa Occidental, donde simplemente se la conocía como “rusa”. A mediados del siglo XX con el auge de la avicultura industrial, su popularidad decayó, pero los entusiastas lograron recuperar la raza. ¿Y qué tiene de especial?

User10095428_393/Getty Images
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Un proverbio ruso podría aplicarse a los Orloff de plumaje calicó: “tardan en engancharse, pero luego van rápido”. Comparados con razas más modernas, los Orloff maduran lentamente. Los polluelos nacen más delicados que los de otras razas y empluman más tarde, lo que los hace vulnerables a resfriados e infecciones. Además, las gallinas comienzan a poner huevos tarde, a los 8 meses y las características definidas del ave no pueden juzgarse antes de los 2 o 3 años.

Pero en la edad adulta, son inusualmente hermosos, resistentes tanto al frío extremo como al calor abrasador gracias a su plumaje denso, y ponen huevos en buena cantidad. Su carne, por otro lado, es magra y con sabor a carne de caza, lo cual es muy valorado por los criadores, quienes intentan mantener esa cualidad a toda costa.

Y también heredaron por completo el carácter de sus antepasados iraníes: los gallos Orloff no toleran competidores a su alrededor, por lo que fueron usados con frecuencia en peleas. Se dice que las gallinas son bastante pacíficas, pero los criadores recomiendan mantenerlos en corrales separados.

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