
La guerra en el hielo: cómo se luchaba en lagos y ríos congelados

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Batalla sobre hielo: Peipus (1242)
El caso más famoso es la Batalla sobre el Hielo del 5 de abril de 1242, librada en el lago Peipus entre las fuerzas del príncipe Alexánder Nevski (Nóvgorod y Vladimir-Suzdal) y los Caballeros Teutónicos.
Fue una batalla que aprovechó el hielo congelado del lago para moverse, maniobrar y emboscar al enemigo. Los rusos esperaron pacientemente y aprovecharon que los caballeros cruzaran parte del hielo, lo que comprometió su posición.

Otras operaciones sobre hielo y condiciones extremas
El cruce del río Berezina en noviembre de 1812, durante la retirada napoleónica, fue otro ejemplo: aunque no toda la batalla fue sobre hielo firme, el río parcialmente congelado y la bruma helada complicaron seriamente los movimientos, el suministro y la moral de las tropas.

Durante la Guerra Civil Rusa, la llamada Gran Marcha del Hielo Siberiano fue la retirada de más de 2.000 km del ejército de Kolchak desde Omsk hacia Chita. Expuestos al gélido invierno, a la nieve profunda, al suelo helado, y la incertidumbre del clima, los soldados sufrieron pérdidas, congelaciones y desmoralización además de los combates.

Cómo se luchaba y qué peligros implicaba
Las tropas tenían que adaptar sus tácticas: avanzar en formación más dispersa para evitar romper capas de hielo o para minimizar daños si el hielo cedía.
El frío extremo, la nieve ventiscosa, la visibilidad reducida y el desgaste físico eran tan letales como las armas.
Equipamiento rudimentario: raquetas, trineos, botas de fieltro, abrigos pesados.
El hielo podía ser tanto terreno como trampa: placas de hielo débiles, grietas ocultas, agua por debajo del hielo. Si el hielo se rompía debajo de hombres, caballos o artillería, el desastre era seguro.
