Muerte y memoria de marinos rusos en Menorca

Muerte y memoria de marinos rusos en Menorca Vista panorámica de la Mola de Mahón donde se encontraba el obelisco a los marinos rusos fallecidos en 1770. Acuarela de un autor desconocido.
Museo Militar de Menorca
Hasta hace poco no se sabía casi nada de un monumento construido en honor a los marinos rusos fallecidos en Menorca a finales del siglo XVIII. Un cuadro encontrado en un museo de Moscú dio la pista sobre el obelisco levantado en 1820 en el puerto de Mahón y la historia de los que allí dejaron su vida.

El éxito de esta investigación se debe al coronel Francisco Fornals, que fue director del Museo Militar de Menorca. En 2008, cuando se enteró de la existencia de una acuarela conservada en el Museo Estatal de Historia en Moscú, empezó una investigación. El cuadro, cuyo autor no está identificado, fue comprado en París por el coleccionista ruso Piotr Shchukin, quien en 1905 lo entregó al museo moscovita.

Muerte y memoria de marinos rusos en Menorca Vista panorámica de la Mola de Mahón donde se encontraba el obelisco a los marinos rusos fallecidos en 1770. Acuarela de un autor desconocido.
Museo Militar de Menorca

En la acuarela se observa una vista panorámica de la Mola de Mahón, un obelisco con el águila bicéfala a la derecha y un epitafio en la parte baja firmado por el cónsul francés de Baleares, Froment de Champlagarde. En su inscripción el diplomático afirmó que el monumento fue levantado en memoria a los marinos rusos fallecidos en el puerto de la Mola.

Cientos de muertos en el puerto de Mahón

Muerte y memoria de marinos rusos en Menorca Almirante Grigori Spirídov.
Dominio público

Estos marinos formaban parte de la escuadra del almirante Spirídov que llegó a finales del año 1769 al puerto de Mahón. La escuadra enviada por Catalina II venía del mar Báltico haciendo escala en los puertos británicos (Menorca entonces estuvo bajo el dominio de Inglaterra y el puerto de Mahón fue una base naval británica en el Mediterráneo). Venía a combatir contra el Imperio turco.

Muerte y memoria de marinos rusos en Menorca 'La batalla de Chesma' por Vladímir Kósov.
Dominio público

La Flota rusa, dirigida por el almirante Grigori Spirídov, ganó la batalla de Chesma en junio de 1770 y derrotó al Imperio otomano. Esta victoria fue crucial para poner fin a la primera guerra ruco-turca (1768-1774). Como resultado, los otomanos proveyeron al Imperio ruso su primer acceso directo al mar Negro, además, otorgaron a Catalina II dos puertos de Crimea (de Kerch y de Enikale).

La victoria de la Flota rusa se produjo a pesar de que la tripulación sufrió numerosas muertes en el puerto de Mahón. Los archivos militares confirman que hubo unos 367 enfermos (supuestamente del escorbuto) dentro de la escuadra de Spirídov, pero se desconoce el número exacto de los fallecidos que pudo haber superado a 200 personas.

Entre los que fallecieron se encontraba también el hijo del almirante, Andréi Spirídov, un joven de 19 años que, como todos los marinos de la escuadra, estaba a las órdenes de su padre.

Un monumento perdido

Todos los fallecidos fueron enterrados en unas cuevas en Cala Figuera, pero el hijo del almirante fue sepultado en la Iglesia de la Concepción que hasta hoy conserva una lápida en honor a este joven. Es más, el pintor italiano Giuseppe Chiesa, que pasó casi toda su vida en Menorca, hizo un cuadro que evoca el entierro de Andréi Spirídov y actualmente forma parte de la colección del Ayuntamiento de Mahón.

Cincuenta años después del fallecimiento de los marinos, el cónsul francés de Baleares, Froment de Champlagarde, que también representaba los intereses del Imperio ruso en esta región, decidió trasladar los restos de militares a un lugar más adecuado: el cementerio griego de la Mola.

En aquel entonces en el puerto de Mahón había una colonia griega que tenía esta iglesia y un pequeño cementerio. Se decidió enterrar allí a las marinos ortodoxos. Cuando se realizó el traslado, el cónsul decidió levantar un obelisco en este lugar, y precisamente este monumento quedó reflejado en el cuadro conservado en el museo de Moscú.

El monumento fue levantado en 1820, pero más tarde, durante la construcción de la fortaleza Isabel II, a finales del siglo XIX, fue destruido. No quedó ni rastro de aquel obelisco. Los investigadores solo han podido localizar el lugar donde supuestamente había estado. Sin embargo, la memoria de aquellos marinos fallecidos trágicamente permanece en Menorca.

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