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Sakari Linden, de Finlandia: ‘A veces pienso que el ruso es una construcción de ingeniería’

rogkov/Getty Images; archivo personal
Sakari ha visitado Rusia varias veces como exasesor político del Parlamento Europeo. Aunque su objetivo inicial era fortalecer las relaciones entre los pueblos finoúgros, viajar por el país lo inspiró a aprender ruso. Y aquí nos cuenta su historia.

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Mi nombre es Sakari Linden y tengo 43 años. Soy finlandés, pero llevo ocho años viviendo en Bélgica. Tengo un máster en Ciencias Políticas por la Universidad de Turku, en Finlandia, y otro en Derecho Internacional por la Universidad de Edimburgo. He trabajado como asistente parlamentario en el Parlamento de Finlandia, asesor político en el Parlamento Europeo y también como director ejecutivo de la ONG Asociación de Cultura e Identidad Finlandesa.

¿Por qué el ruso?

Comencé a estudiar ruso porque estaba implicado en la promoción de la cooperación entre los pueblos finoúgros y viajaba con frecuencia a Rusia. Antes de comenzar con el ruso, pasé tres semanas en la ciudad de Yoshkar-Olá aprendiendo mari, una lengua finoúgra que se habla en la región del Volga. Pero no entendía el idioma principal del país, y eso me entristecía. Así que decidí aprender ruso para poder comunicarme con la gente. Al principio lo estudiaba “para mí mismo”, pero luego empezó a servirme también en el ámbito profesional.

Además del idioma, me interesa mucho la historia y la cultura rusa. He leído clásicos rusos como El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov, aunque en finés. El primer libro que leí en ruso fue De Rus a Rusia, de Lev Gumiliov.

Un finlandés en el norte ruso

Me encanta la mentalidad de los habitantes del norte de Rusia; la considero muy parecida a la finlandesa. Gracias a mis orígenes, encuentro fácilmente un lenguaje común con los rusos. Al igual que mi gente, son algo melancólicos y no les gusta fingir. Por ejemplo, ni un finlandés ni un ruso te van a sonreír solo para causar buena impresión.

Comencé a estudiar ruso en 2013, cuando aún vivía en Finlandia. Luego, en otoño de 2015, hice un curso intensivo de dos meses en Petrozavodsk, en Carelia. Después de una pausa de varios años, retomé el estudio en 2020 y me matriculé en un curso del Centro Ruso de Ciencia y Cultura de Bruselas (ahora llamado Casa Rusa de Bruselas). Desde entonces, sigo estudiando allí y, en mi tiempo libre, intento leer artículos en ruso en línea.

Los principales retos al aprender ruso

Al principio me resultó bastante difícil dominar el ruso. Ya había aprendido lenguas germánicas y romances. Tras aprender inglés, me fue más fácil estudiar sueco; y después del francés, aprendí español, italiano y portugués. El mari también fue sencillo, porque su gramática y vocabulario son parecidos al finés.

Pero el ruso fue distinto: fue la primera lengua eslava que estudié. A veces pienso que el ruso, con todos sus prefijos verbales, es una auténtica construcción de ingeniería. ¡Aún no entiendo por qué necesitas dos formas verbales diferentes para expresar una acción en curso!

Además, el ruso es complicado porque tiene muchas raíces que no se parecen en nada a las lenguas de Europa Occidental.

A lo largo de mis estudios, especialmente durante mi tiempo en Petrozavodsk, mi nivel ha mejorado mucho. Ahora creo que puedo hablar y entender ruso bastante bien.

El idioma ruso es a la vez elegante y poderoso. Suena igual de hermoso en la boca de una mujer refinada que en la de un hombre fuerte. Creo que esta lengua es una expresión de una civilización con profundas raíces culturales. A menudo noto que las personas que hablan ruso lo hacen con mucha confianza, y eso se debe a su fuerte identidad nacional.

El principal consejo para quienes empiezan a aprender ruso

No creo que se pueda aprender un idioma sin sumergirse en su cultura. Hay muchas palabras y expresiones cuyo significado no se puede captar sin ese contexto. Para entender un idioma, es importante conocer la mentalidad de quienes lo hablan.

Por ejemplo, si a un ruso le preguntas "¿cómo estás?" y te responde "bien", realmente significa que está bien. En cambio, los europeos o los estadounidenses pueden pensar que esa persona en realidad tiene algún problema.

Pero, aun así, vale la pena aprender ruso. Es el idioma de una civilización rica y milenaria, y una de las lenguas más habladas del planeta. Saber ruso abre una nueva perspectiva del mundo, además de muchas oportunidades profesionales.