Dina, de Afganistán: 'Estoy aprendiendo ruso para convertirme en especialista en informática'

Alexandra Gúzeva Dina Amiri es estudiante del Instituto Estatal Pushkin de la Lengua Rusa
Alexandra Gúzeva
Dina Amiri estudia en Moscú y sueña con obtener una educación superior en Rusia. Nos habló de las dificultades del idioma y de su amor por el invierno ruso.

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Cuando se conversa con Dina, cuesta creer que lleva estudiando ruso menos de un año. Apenas tiene acento, puede pronunciar perfectamente palabras complejas (como “достопримечательности”, que significa “atracciones”) y se le da bien declinar palabras.

¿Por qué el ruso?

Dina no conocía el ruso en su país natal, Afganistán. Pero hace un año y medio tuvo que mudarse a Moscú con su familia por motivos laborales (su padre es empresario).

Ahora estudia en la facultad preparatoria del Instituto Estatal Pushkin de la Lengua Rusa y planea cursar estudios superiores en Rusia.

Press photo Instituto Estatal Pushkin de la Lengua Rusa
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“Me encanta el ruso porque es un idioma muy rico. También me gusta la cultura rusa y quiero poder leer las obras de los escritores rusos en su idioma original en el futuro.”

Dina nunca había leído literatura rusa en su lengua materna, pero ya ha logrado leer algo de poesía de Pushkin en el original.

Y sin embargo, sus planes profesionales están lejos de la literatura rusa o la lingüística.

Dina quiere trabajar en el campo de la informática y, cuando domine bien el idioma, planea ingresar a la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología (MISIS) para estudiar programación.

¿Qué es lo más difícil de aprender en ruso?

“Lo más difícil es entender la diferencia entre los verbos perfectivos e imperfectivos”, admite Dina.

Muchos extranjeros tienen problemas con esto, lo que se conoce como el “aspecto verbal”. En ruso, todos los verbos se dividen en perfectivos e imperfectivos. El aspecto indica si una acción está completada o no. Por ejemplo, el verbo “hacer” tiene dos formas en ruso: “делать” (imperfectivo) y “сделать” (perfectivo).

A veces, los verbos se parecen mucho y solo cambia un prefijo o sufijo. Y el tipo correcto depende de cada situación específica.

Como la mayoría de los extranjeros, Dina también menciona las dificultades con los casos gramaticales, ya que —según ella— hay reglas que desafían cualquier lógica.

“Es difícil recordar dónde colocar el acento en las palabras”, comenta. Y, en efecto, en ruso no existen reglas claras al respecto: hay que memorizarlos todos.

Sobre la vida en Rusia

Archivo personal
Archivo personal

Dina es una extranjera poco común en Rusia. Mientras muchos se quejan del frío, ella declara con entusiasmo: “Me encanta el invierno, por eso me gusta vivir en Rusia.”

Y Moscú le fascina: “Es una ciudad muy hermosa y planeo seguir viviendo aquí.”

La estudiante cuenta que le gusta salir a explorar la ciudad, visitar atracciones, ir al teatro y quedar con amigos (entre los que ya hay muchos rusos).

‘Puerta a Rusia’ agradece al Instituto Estatal Pushkin de la Lengua Rusa su colaboración para la preparación de esta entrevista.

Para acceder a educación gratuita en las principales universidades rusas, los estudiantes extranjeros pueden rellenar un formulario y enviar su solicitud en: education-in-russia.com

En el Instituto Pushkin se puede estudiar gratuitamente en programas de Grado, Máster y Doctorado. Más información sobre el proceso de inscripción en: pushkin.institute

Además, el Instituto Pushkin ofrece programas adicionales para quienes deseen aprender ruso y para la formación profesional de docentes. Cada año organiza una Escuela de Verano para ciudadanos extranjeros. Información detallada disponible en: clck.ru/3DmTTq

Para consultas sobre el proceso de selección de candidatos en tu país, puedes dirigirte a las oficinas de representación de Rossotrudnichestvo o a las misiones diplomáticas de la Federación Rusa.

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