GW2RU
GW2RU

Cómo pasar un fin de semana perfecto en Derbent (FOTOS)

Serguei Fomine / Global Look Press
Considerada una de las ciudades más antiguas de Rusia, Derbent, en la República de Daguestán, cautiva con sus callejuelas estrechas, sus murallas de piedra y la imponente fortaleza de Naryn-Kala, levantada sobre una montaña con vistas privilegiadas al mar Caspio.

Además de Telegram, Puerta a Rusia difunde contenidos en su página de VKontakte. ¡Únete a nosotros!

Lo que conviene saber antes de viajar a Daguestán

La población de la república es mayoritariamente musulmana, por lo que se aconseja mantener un comportamiento respetuoso con las costumbres locales. En la mayoría de los restaurantes y comercios no se vende alcohol, y durante el mes de Ramadán su expendio está completamente prohibido.

En cuanto a la vestimenta, se recomienda a las mujeres evitar prendas muy reveladoras, faldas cortas o escotes pronunciados. No es una norma estricta, pero sí un gesto de cortesía hacia la tradición local.

Día 1

Llegada a Derbent

La opción más práctica es tomar un tren desde Majachkalá, capital de Daguestán. El recorrido dura alrededor de dos horas y media.

Fortaleza de Naryn-Kala

Ali Cura/Anadolu via Getty Images

Construida en el siglo VI, esta fortaleza persa es el principal símbolo de la ciudad. Sus murallas se extienden hasta el mar Caspio, motivo por el cual también se la conoce como la “Puerta del Caspio”. Desde lo alto se obtienen vistas panorámicas del mar y de las montañas del Cáucaso.

El complejo conserva restos arqueológicos y antiguos depósitos subterráneos. La peculiar arquitectura de uno de ellos, con cúpulas cruzadas, hace pensar que pudo servir como templo cristiano antes de la llegada del islam. Los visitantes también pueden fotografiarse con trajes tradicionales daguestaníes.

Casco antiguo

Alexandra Gúzeva

El descenso desde la fortaleza conduce a un laberinto de calles empedradas y casas de piedra arenisca. Allí se pueden visitar patios interiores, comprar artesanías, probar dulces caseros o relajarse en un histórico hammam.

Сулим Кудусов (CC BY-SA 3.0)

En este recorrido no debe faltar la Mezquita Juma de Derbent, la más antigua de Rusia. Fue construida en el siglo VIII y reformada en el XIV. Aunque el edificio principal está en restauración, vale la pena recorrer su patio y descansar bajo la sombra de los plátanos centenarios.

Espectáculo de fuentes

Gavriil Grigórov / Sputnik

En los meses cálidos, de viernes a domingo, el parque Nezamí_Ganyaví acoge uno de los mayores espectáculos acuáticos en 3D del país. Se puede disfrutar desde la plaza, en un restaurante cercano, o paseando por el laberinto verde que rodea la Torre del Kan.

Por la noche, una visita al Puente de Cristal, construido sobre un yacimiento arqueológico con restos de una antigua red hidráulica, completa la jornada.

Día 2

Gastronomía local

Alexandra Gúzeva

La segunda jornada invita a descubrir los sabores de Derbent. Los restaurantes ofrecen una amplia variedad de especialidades daguestaníes, donde abundan la carne, las hierbas frescas y el pan tradicional. Entre los platos más populares figuran el jinkal (pasta acompañada de carne y salsa de ajo), el kurzé y las tortitas chudú.

Resulta especialmente agradable probar estas recetas en pequeños restaurantes familiares. Entre los más recomendados figuran Abrikós y Dom Grishi.

Viñedos y bodegas

Alexandra Gúzeva

Derbent también es conocida por su tradición vinícola, que se remonta al siglo XVIII. Durante la era soviética, la región alcanzó gran fama en la producción de vinos y coñac. Hoy, varias bodegas y destilerías ofrecen visitas guiadas y rutas de degustación.

La 'calle de la gente feliz'

Alexandra Gúzeva

El callejón Mirza Mujammad-Ali Kazem-Bek, conocido popularmente como la “calle de la gente feliz”, es un punto de encuentro con numerosos cafés y restaurantes. Allí se levanta el Monumento a la amistad de las tres religiones, que representa a un sacerdote cristiano, un mulá musulmán y un rabino judío sentados a la misma mesa, símbolo de la convivencia pacífica en Derbent.

Alexandra Gúzeva

Es el lugar ideal para tomar té o café acompañado de dulces típicos como el urbech (pasta de nueces), la mermelada de cornejo e higo, galletas de mantequilla o baklava.

Cena frente al mar

No hay visita completa al Cáucaso sin probar un buen shashlik (carne asada). Al caer la tarde, los restaurantes de la costa ofrecen música en vivo, vistas al mar Caspio y especialidades a la parrilla como costillas de cordero o brochetas de carne.