Cómo un cantante africano se convirtió en estrella en Daguestán

Zarema Alieva/TASS
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El camerunés Pierre Aijo llegó a Majachkalá en 2009 para estudiar ingeniería petrolera, pero, por pura casualidad, terminó convirtiéndose en cantante. ¡Hoy interpreta en seis idiomas locales!

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Camerún, el país natal de Pierre, suele ser llamado el “modelo de toda África”: posee una naturaleza muy diversa, desde sabanas y selvas tropicales hasta montañas y océano. Sus numerosos grupos étnicos hablan unas 280 lenguas. En este sentido, su tierra natal puede compararse con la república rusa de Daguestán, en el Cáucaso Norte, también con una naturaleza impresionante y decenas de lenguas.

¿Por qué Rusia? ¿Y por qué Daguestán?

Archivo personal
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La situación económica en Camerún es inestable, por lo que un tercio de la población vive en el extranjero. Cuando Pierre viajó a Rusia, solo sabía que era el país más grande del mundo y que hacía mucho frío.

“En Camerún hay una agencia que se dedica a enviar estudiantes al extranjero. Y cuando fui, me mostraron fotos preciosísimas de Daguestán. Me dijeron que estaba en Rusia, que ofrecía una educación de calidad y que sería más barato que, por ejemplo, Europa. Acepté ir”, cuenta Pierre, reconociendo que la realidad fue incluso más impactante que las fotos.

La gente en Daguestán resultó ser muy amable y todos estaban dispuestos a ayudar al extranjero perdido.

“Me ayudaban a orientarme en la ciudad y me ofrecían alojamiento gratuito... Cuando iba al mercado a comprar comida o ropa, me decían: ‘¡Llévatelo así, no hace falta dinero! ¡De corazón, estamos contentos de tenerte aquí!’, recuerda Pierre.

Del sur a Siberia

Archivo personal Con su madre
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Pierre tuvo ocasión de experimentar el país más frío del planeta cuando se encontró en la ciudad siberiana de Surgut, a -50 ºC.

“Me gradué como ingeniero petrolero en la Universidad Técnica Estatal de Daguestán y fui a Surgut. Es una ciudad pequeña y muy limpia, pero todo gira en torno al petróleo, no hay otro trabajo. Era invierno, y la helada era tan fuerte que daba escalofríos. Era muy difícil ir y volver del trabajo. Durante los dos meses que intenté vivir allí, estuve enfermo todo el tiempo y sin ánimo. Solo quería entrar en calor.”

Así que Pierre regresó a Daguestán, donde dio un giro vital increíble hacia el canto.

Un cantante africano en bodas caucásicas

Archivo personal
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El camerunés siempre había amado cantar. En su tierra era solo un hobby, pero en Daguestán, en su primer año universitario, comenzó a actuar, interpretando canciones pop de los años 80 y 90. Allí se hizo amigo del cantante local Magomed Alípkerov, y juntos grabaron una canción en lezguio, una de las lenguas daguestaníes.

“¡Fue un éxito total! Y en cada concierto, personas de otras nacionalidades de Daguestán se me acercaban y me preguntaban por qué no cantaba en sus idiomas también. Para no ofender a nadie, empecé a aprender sus canciones.”

Archivo personal Pierre y su hermana con el traje nacional daguestaní
Archivo personal

Hoy Pierre canta en nueve idiomas, entre ellos inglés, francés, ruso, azerí y varias lenguas daguestaníes como lezguio, ávaro, lak, kumik, darginio y tabasarano.

“El más difícil de cantar es el ávaro. Hablo tres idiomas: inglés, francés y ruso, y entiendo bastante bien el lezguio.”

También llegaron las giras y las bodas. Durante la temporada, Pierre canta en 2-3 bodas al día, con unos setecientos invitados cada una. La mayor tuvo 1.200.

“Probablemente, ya cada habitante de Daguestán tiene una foto con Pierre Aijo”, ríe el camerunés.

Alma daguestaní

Archivo personal Con su hijo
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Pierre lleva 16 años viviendo en Daguestán e incluso se convirtió al islam para casarse con una mujer local.

“Me casé dos veces: la primera con una mujer kumik, la segunda con una lezguia. A menudo me preguntan: ‘¿Cómo lo lograste?’ En el Cáucaso existen tradiciones por las que solo se casan entre los suyos. Pero toda regla tiene su excepción. El mundo ha cambiado en los últimos años, todo se ha vuelto más sencillo.”

Pierre tiene tres hijos de sus dos matrimonios: el mayor tiene 12 años y el menor, dos. Los cría combinando las costumbres daguestaníes y camerunesas.

“En casa puedo hablarles en francés o en mi propio dialecto africano. Y les canto las canciones que mi madre me cantaba de niño. En resumen, en casa tenemos África. Pero cuando salen, empieza Daguestán: amigos en el patio, escuela y clases de música. Creo que el 70% de una persona lo forma el entorno y solo el 30% la familia. Eso significa que, de adultos, mis hijos se comportarán como daguestaníes. Pero me gusta: conocerán la dignidad, el honor y todos esos conceptos de vida local que considero correctos.”

Tras recorrer el mundo y vivir en Daguestán, Pierre comprendió que la gente del Cáucaso es absolutamente única.

“Son valientes, valerosos. Pero la diplomacia no es lo suyo. Los problemas se resuelven rápido y en el momento. No mienten, no intentan evitar ni ignorar la dificultad. Los africanos somos completamente diferentes: suaves, intentamos rodear los bordes ásperos. Pero hoy probablemente soy 100% daguestaní. Me gusta conducir rápido y tomar decisiones rápidas. Y la música de Daguestán ya corre por mi sangre.”

La versión completa del artículo se publica en ruso en la revista Nation.

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