Curiosidades aeronáuticas: El MiG-17, el caza que dio guerra a los supersónicos
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Su diseño incorporaba alas en flecha de 45°, borde de ataque rediseñado, fuselaje más largo y estabilizadores reforzados. Aunque no alcanzaba la barrera del sonido en vuelo nivelado, el MiG-17 podía superar Mach 1 en picado, algo notable para un caza subsónico de su época.
Propulsado por el motor Klimov VK-1F con poscombustión, el MiG-17 ofrecía una aceleración superior y un radio de giro extraordinario, cualidades que lo convertirían en una amenaza incluso para cazas supersónicos más modernos. Su armamento típico incluía un cañón N-37 de 37 mm y dos NR-23 de 23 mm, capaces de derribar bombarderos y cazas con pocas ráfagas.
Durante la Guerra de Vietnam, el MiG-17 sorprendió a los pilotos estadounidenses. A pesar de que sobre el papel estaba superado por los F-100, F-105 e incluso los F-4 Phantom II, su maniobrabilidad extrema, su perfil pequeño y su uso táctico en entornos de baja cota le permitieron imponerse en numerosos combates.
Uno de los enfrentamientos más célebres fue protagonizado por el as norvietnamita Nguyen Van Bay, quien llegó a derribar varios F-4 maniobrando con precisión quirúrgica, aprovechando la excelente respuesta del MiG-17 a bajas velocidades.
La durabilidad del MiG-17 fue tal que se fabricó en Polonia, China y otros países del bloque socialista, sumando más de 10.000 unidades en todas sus variantes. Continuó en servicio durante décadas y aún hoy algunos ejemplares siguen volando en fuerzas aéreas de África.