Estos fueron los 5 mejores aviones espía soviéticos de la Guerra Fría
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1. Túpolev Tu-95RTs (Código OTAN ‘Bear-D’)
El Tu-95RTs fue la versión de reconocimiento marítimo del famoso bombardero estratégico Tu-95. Equipado con radares de largo alcance y cámaras de alta resolución, patrullaba los océanos Atlántico y Pacífico, siguiendo a portaaviones estadounidenses y recopilando datos sobre movimientos navales. Su enorme autonomía le permitía operar durante más de 10.000 km, lo que lo convirtió en una de las principales plataformas de espionaje soviéticas.
2. Iliushin Il-20M (Código OTAN ‘Coot-A’)
Basado en el transporte Il-18, el Il-20M fue un auténtico centro de inteligencia electrónica volador. Incorporaba equipos de escucha de radio, radares de barrido lateral y cámaras ópticas. Su misión era captar comunicaciones y detectar defensas aéreas enemigas desde gran distancia. Voló por primera vez en 1968 y permaneció operativo durante décadas, incluso en tiempos recientes con versiones modernizadas.
3. Yákovlev Yak-25RV (Código OTAN ‘Mandrake’)
El Yak-25RV, conocido como “Mandrake” por la OTAN, fue un avión de reconocimiento de gran altitud. Diseñado para volar por encima de los 20.000 metros, su aspecto era singular: alas largas y delgadas, fuselaje estilizado y motores a reacción en góndolas. Aunque no alcanzó el éxito operativo del U-2 estadounidense, demostró la capacidad soviética para desarrollar aeronaves capaces de operar en la estratósfera.
4. MiG-25R (Código OTAN ‘Foxbat-B’)
El MiG-25R fue una variante de reconocimiento del famoso interceptor supersónico MiG-25. Con una velocidad máxima superior a Mach 3, podía penetrar el espacio aéreo enemigo y escapar antes de ser interceptado. Equipado con cámaras de alta resolución y sensores infrarrojos, operó en misiones estratégicas sobre el Medio Oriente y la frontera china, además de servir como plataforma de vigilancia para la defensa aérea soviética.
5. Bériev A-50 ‘Mainstay’
El A-50, desarrollado a finales de los años setenta, fue el equivalente soviético del AWACS estadounidense. Montado sobre la estructura del transporte Il-76, estaba dotado de un gran radar en forma de disco que le permitía detectar aviones y misiles a cientos de kilómetros. Aunque su función principal era el control aéreo, también cumplía tareas de reconocimiento y alerta temprana, siendo una pieza clave del sistema defensivo soviético.