Aventuras del ‘Страна Советов’ (‘País de los soviéticos’)
El avión TB-1 creado en la URSS se convirtió en el primer bombardero bimotor del mundo. Pero no sólo se utilizó en ejercicios militares y como transportador. En el verano y el otoño de 1929, este avión iba a conquistar América, y con ella la mitad del globo.
Para impresionar al mundo, los rusos concibieron un grandioso vuelo de más de 20 mil kilómetros. Decidieron volar de Moscú a Nueva York, pero no por la ruta más corta, sino, por el contrario, a través de toda Eurasia, el Océano Pacífico y los Estados Unidos. Se preveían 23 aterrizajes para reponer las reservas de combustible y otros consumibles.
Toda una aventura
Para el vuelo se prepararon dos TB-1: el principal y el de repuesto. A bordo del avión se inscribió un orgulloso nombre: “País de los soviéticos”. Pero la tripulación de cuatro personas, encabezada por el piloto Sestakov, estuvo a punto de fracasar: volando sobre el Baikal, los aviadores se perdieron y, al no encontrar el aeródromo de Chita, se vieron obligados a aterrizar en la taiga, rompiéndose el avión.
Pero, como ya habían preparado uno de repuesto, el 23 de agosto de 1929 hicieron un segundo intento. Esta vez, a pesar de la difícil ruta, llena de nieblas y dificultades de orientación, todo salió bien. El 3 de septiembre, el “País de los Soviets” llegó a Jabarovsk. Luego a Nikoláyevsk del Amur, donde el chasis fue cambiado a flotadores. Luego quedaba el reto de cruzar todo el Océano Pacífico.
Se consiguió el 13 de octubre: fue entonces cuando el “País de los Soviets” aterrizó en Seattle. ¿Por qué tardó tanto tiempo? Según explican en Topwar.ru stuvieron esperando a que el tiempo fuese favorable. Vale la pena recordar que en los años veinte los viajes transcontinentales todavía estaban en pañales, y los medios de orientación en la aviación no eran tan perfectos.
El 1 de noviembre de 1929, los pilotos completaron triunfalmente su vuelo, aterrizando en Nueva York.