Cómo un falso emperador ruso se convirtió en gobernante de… Montenegro

Dominio público Imagen de Šćepan Mali (Esteban el Pequeño), 1784.
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Šćepan Mali (Esteban el Pequeño) se autoproclamó el difunto Pedro III. Sin embargo, no regresó a Rusia, sino que decidió gobernar los Balcanes.

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El 9 de julio de 1762, Pedro III fue derrocado en Rusia y su esposa, Catalina, ascendió al trono. Ocho días después, las nuevas autoridades anunciaron que el monarca depuesto había fallecido repentinamente a causa de un “ataque de cólico hemorroidal”.

La extraña muerte del emperador desató gran especulación. Algunos creían que Pedro había sido asesinado por orden de Catalina, mientras que otros estaban convencidos de que el zar había huido y que pronto regresaría para reclamar su legítimo trono.

Naturalmente, los impostores se aprovecharon de la situación, todos afirmando ser el “milagrosamente salvado emperador Pedro Fiódorovich”. El más famoso fue el cosaco del Don Yemelián Pugachov, quien desencadenó una guerra campesina de gran escala y acabó sus días en el cadalso.

Otro impostor, Šćepan Mali (Esteban el Pequeño), apareció en Montenegro en 1766 y tuvo mucha más suerte. Se creía que era de ascendencia serbobosnia, tenía buena educación y un notable parecido físico con Pedro III.

El impostor dejó claro a los montenegrinos que había renunciado al trono ruso y que ahora pretendía traerles prosperidad. "No vine aquí por voluntad propia, sino enviado por Dios", declaró.

La población local lo recibió con entusiasmo. Montenegro estaba desgarrado por interminables y sangrientas disputas entre clanes, y sus habitantes anhelaban paz, un gobierno fuerte y unidad ante las amenazas de turcos, austriacos y venecianos.

Así, el 17 de octubre de 1767, en la Asamblea General de los montenegrinos, Šćepan Mali fue proclamado zar. Demostró ser un gobernante excelente: puso fin a los disturbios, separó la Iglesia del Estado, implementó una reforma judicial, inició la construcción de carreteras y llevó a cabo el primer censo.

Incluso Rusia empezó a verlo con buenos ojos al comprobar que el “zar” de los montenegrinos no tenía ninguna pretensión real al trono ruso.

Sin embargo, sus vecinos no deseaban un Montenegro unido y fuerte. En 1773, Šćepan Mali fue asesinado a puñaladas por un sicario enviado por los turcos.