El inglés que se convirtió en embajador de dos monarcas: Isabel I e Iván el Terrible

Museo Ruso
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‘Y que tales ladrones no viajen más a nuestro Estado’, pidió el zar Fiódor Ivánovich a la reina Isabel I de Inglaterra. Se refería a Jerome Horsey, un inglés que vivió en Rusia casi veinte años.

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Llegó al país en 1573, como representante de la Compañía de Moscovia. A los 23 años, el joven inglés logró aprender ruso, establecer contactos útiles en la corte e incluso ganarse la confianza de Iván el Terrible. Ya en 1580, fue enviado a Inglaterra como embajador del zar ruso. Su misión era obtener ayuda en la Guerra de Livonia, y regresó a Rusia con 13 barcos cargados de pólvora, cobre y salitre. En varias ocasiones actuó como emisario de ambos monarcas, y fue él quien llevó a Inglaterra la noticia de la muerte de Iván el Terrible y de la ascensión al trono de Fiódor Ivánovich.

Horsey sabía desenvolverse incluso en las situaciones más delicadas. Por ejemplo, consiguió una audiencia con María Starítskaya, viuda del rey livonio Magnus, que se hallaba prácticamente bajo arresto domiciliario, y organizó su huida a Rusia.

Sin embargo, en 1587 comenzaron a acumularse problemas para el diplomático inglés. En Londres, sus compatriotas de la Compañía de Moscovia lo acusaron de intereses personales y numerosos abusos. Huyó apresuradamente de regreso a Rusia, pero allí se enfrentó a acusaciones similares, esta vez por parte de las autoridades locales. El astuto diplomático perdió el favor de la corte rusa y finalmente abandonó el país en 1591.

Sobre su estancia en Rusia escribió tres libros, en los que relató las intrigas, aventuras y tensiones entre las dos potencias.

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