
Cómo reaccionó la URSS a los bombardeos atómicos sobre Japón

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El mundo había entrado en la era nuclear, pero los ciudadanos comunes de la URSS no lo percibieron así. La prensa soviética informó sobre los bombardeos atómicos de manera escueta y sobria, sin profundizar en la magnitud de lo ocurrido.
Sin embargo, el liderazgo del país quedó conmocionado. Gracias a sus fuentes dentro del Proyecto Manhattan, ya sabía desde hacía tiempo que Estados Unidos estaba desarrollando un arma de poder destructivo sin precedentes. Pero no alcanzaba a comprender del todo su verdadero alcance.

La hija de Stalin, Svetlana Allilúyeva, recordaría que, durante los días de los bombardeos, se encontraba con su padre y sus más cercanos colaboradores en la dacha: "Todos estaban preocupados por lo ocurrido, y mi padre apenas me prestaba atención".
El Kremlin ordenó de inmediato acelerar los trabajos para crear su propio armamento atómico. El 20 de agosto de 1945, se estableció un comité especial para supervisar "todos los trabajos relacionados con el uso de la energía intraatómica del uranio", bajo el mando de Lavrenti Beria.
Stalin y Beria exigieron a los científicos que la bomba no fuera inferior en potencia a la estadounidense. La lanzada sobre Nagasaki, "Fat Man", tenía una fuerza explosiva equivalente a 21 kilotones de TNT.
Finalmente, el 9 de agosto de 1949, la URSS probó su primera bomba atómica, la RDS-1, con una potencia de 22 kilotones de TNT, en la región de Semipalátinsk, Kazajistán.