Ígor Kurchátov: 5 cosas que (probablemente) no sabías sobre el homólogo soviético de Oppenheimer
El 24 de julio de 1945, en la Conferencia de Potsdam, el presidente estadounidense Harry Truman informó a Iósif Stalin de que Estados Unidos había desarrollado “superarmas nunca vistas”. El líder soviético reaccionó con moderación. Truman y el Primer Ministro británico Winston Churchill se sorprendieron por esta reacción: pensaban que Stalin no entendía de qué se trataba. Pero ya lo sabía todo: 12 días después del montaje de la bomba atómica en Estados Unidos, su descripción ya circulaba por Moscú.
La Unión Soviética también estaba desarrollando armas nucleares, pero la Segunda Guerra Mundial obligó a reevaluar las prioridades. No obstante, tras una conversación con Truman, Stalin dio instrucciones a los soviéticos para que aceleraran el proceso de desarrollo de armas nucleares soviéticas. Los soviéticos recuperaron la paridad el 29 de agosto de 1949. El proyecto atómico fue dirigido por Ígor Kurchátov.
¿Cómo era el legendario físico y "padre" de la bomba atómica de la URSS?
Creó el primer ciclotrón de Europa
En 1932, el científico fue uno de los primeros de la URSS en estudiar la física del núcleo atómico. Cinco años más tarde, un equipo del que formaba parte Kurchátov creó el primer ciclotrón de Europa. El invento se puso en marcha en el Instituto del Radio de Leningrado. En 1945, la instalación produjo la primera preparación soviética de plutonio en cantidades pulsadas, el elemento clave de la bomba atómica.
Salvó a la flota soviética de las minas alemanas
En 1941, el científico se dedicó al desarrollo de la desmagnetización de buques de guerra. El sistema creado por Kurchátov y su colega Anatoli Alexándrov se instaló en cientos de barcos. Así, protegió a la Flota del mar Negro de las minas magnéticas alemanas. Por este trabajo, Kurchátov fue galardonado en 1942 con el Premio Stalin, en aquella época el máximo galardón del país. Ese mismo año, el físico dirigió el laboratorio de blindaje para la creación de materiales de protección de aviones y tanques.
Encarnó el proyecto atómico soviético
El 28 de septiembre de 1942, mes y medio después del inicio del Proyecto Manhattan, la URSS comenzó a trabajar con el uranio y, en febrero de 1943, empezó a crear su propia bomba atómica. El Laboratorio № 2 de la Academia de Ciencias de la URSS, futuro Instituto Kurchátov, estaba dirigido por Kurchátov. Para crear la bomba, era necesario establecer la producción de combustible nuclear: uranio y plutonio.
En poco tiempo se construyeron dos plantas en los Urales. Kurchátov supervisó personalmente los trabajos del Combinado № 817 de Ozersk (actual Mayak), donde, en 1948, se puso en marcha el primer reactor nuclear industrial para armamento de Europa. En 1949, ya se había producido allí suficiente plutonio para probar la primera bomba nuclear soviética, la RDS-1. La prueba tuvo lugar el 29 de agosto de 1949 en el campo de pruebas de Semipalatinsk, en la RSS de Kazajistán.
Se convirtió en pionero de la ingeniería nuclear
Paralelamente a la RDS-1, el equipo de Kurchátov desarrolló la bomba RDS-2, el doble de ligera y potente. Se probó en 1951. Diez años más tarde, bajo su dirección, se desarrolló la bomba termonuclear (de hidrógeno) de aviación A602, apodada “Bomba del Zar”, el artefacto explosivo más potente de la historia de la humanidad: era 20 veces más potente que las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki por Estados Unidos.
Además de las armas de destrucción masiva, el científico se dedicó a la investigación de la energía atómica con fines pacíficos. El resultado de su trabajo fue la puesta en marcha de la primera central nuclear del mundo (la central nuclear de Obninsk) en 1954 en la región de Kaluga.
Otro mérito de Kurchátov es la aparición del primer submarino nuclear de la URSS (y el tercero del mundo), el K-3 “Léninski Komsomol”. En 1952, el científico y sus colegas convencieron a Stalin de utilizar una central nuclear para propulsar el submarino. Su colocación tuvo lugar en 1955 y, tres años después, el buque fue entregado a la marina para su funcionamiento experimental. Y, en 1959, la URSS construyó con éxito el “Lenin”, el primer rompehielos de propulsión nuclear del mundo: el proyecto fue supervisado por el socio de Kurchátov, Anatoli Alexándrov.
Tenía un original sentido del humor
Kurchátov no sólo era un científico excepcional, sino también un líder carismático con un excelente sentido del humor. Según los recuerdos de testigos presenciales, en 1942, al físico se le quedó grabado el apodo de “Barba”: Kurchátov dijo que no se afeitaría “hasta la [creación de la] primera bomba atómica rusa”. Sin embargo, nunca cumplió su promesa y siguió luciendo barba.
En 1960, Anatoli Alexándrov bromeó con él y le regaló en un ambiente festivo una enorme maquinilla de afeitar, una palangana de 60 cm de diámetro y jabón. Pero Kurchátov decidió contraatacar. Se las arregló para que, en una de las cenas de gala, el anfitrión de la velada entregara al bromista un paquete firmado “Para: Académico Alexándrov. Se solicita inmediatamente”, que contenía una peluca. Alexándrov, que se había afeitado la cabeza recientemente, tuvo que obedecer y pasar toda la velada con la peluca.
Y una vez, tras una reunión científica muy retrasada, Kurchátov pidió a su guardia que cogiera corchos de champán y los colocara en los bolsillos de los abrigos de sus colegas. “Que las esposas sospechen lo que hacen sus maridos por la noche”, bromeó.
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