¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol?

¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol?
Serguéi Bodrov Sr. / «CTB» movies, 2007
El fenómeno llamado ‘yugo’existió realmente. El problema es que nuestra comprensión del mismo se basa en ideas inventadas no por historiadores, sino por ideólogos. Analicemos los principales conceptos erróneos.

La dependencia financiera y política de los ducados rusos de sus conquistadores orientales (Batú Kan y sus herederos) es un hecho histórico. Ellos gobernaban el reino llamado “Ulus de Jochi”, que primero formó parte del Imperio Mongol y luego se convirtió en un estado independiente. En Rusia se llamaba “La Gran Carpa” o “La Horda de Oro”, que identificaba a todo el estado con la sede del gobernante, de forma parecida a como ahora decimos “el Kremlin tomó la decisión”.

Sin embargo:

  • Los invasores no se llamaban a sí mismos tártaro-mongoles
  • La palabra “yugo” (igo) era desconocida en Rusia antes del siglo XVII y la este tipo de dependencia no se llamaba con esta palabra latina
  • La relación entre Rusia y la Horda de Oro pasó de dependencia a relaciones oficiales entre estados vecinos, en las que las tierras rusas ya desempeñaban el papel principal desde mediados del siglo XIV

1. Los invasores no se llamaban a sí mismos ‘tártaro-mongoles’

¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol? Jinete mongol, una reconstrucción
William Cho (CC BY-SA 2.0)

Los nombres de los pueblos “mongol” y “tártaro” no son autodenominaciones. Los historiadores coinciden en que estas palabras fueron inventadas por los chinos.

Mongoles:

En China, las tribus nómadas que vivían al norte de China se llamaban “mongoles” (“Menggu”) y el resto de tribus, “tártaros” (“Da-dan”) o “tártaro-mongoles” (“Meng-da”). Esta tradición se estableció con la dinastía Song, que gobernó en China a finales del siglo X.

El fundador del Imperio Mongol Temüjin (alias Gengis Kan, 1155?-1227) pertenecía a la casa mongola de Borjigin y fundó la dinastía gengisí. Los gengisíes se llamaban a sí mismos mongoles. Tomaron prestada esta palabra de los chinos, a quienes Gengis Kan y sus descendientes conquistaron a principios del siglo XIII. Los mongoles étnicos nobles del reino de Gengis Kan eran comandantes militares (‘noyons’). El propio ejército estaba formado por diferentes tribus que los gengisíes subyugaron y utilizaron como fuerza militar bruta -los mongoles introdujeron el servicio militar obligatorio para todas las tribus subyugadas-.

Los tártaros:

Para los chinos, todas las tribus que vagaban al norte de la Gran Muralla China se llamaban “tártaros” (“Da-dan”). Los tártaros de Siberia Oriental y las tribus mongolas también se llamaban así, aunque guerreaban entre sí. Al final, los mongoles erradicaron a casi todos los tártaros de Siberia Oriental, por lo que los actuales tártaros siberianos no son sus descendientes.

Los propios mongoles siguieron llamando colectivamente “tártaros” a todas las tribus asiáticas, en su mayoría turcas y de habla turca, que conquistaron en su camino hacia tierras rusas.

En la historiografía rusa, el término “tártaro-mongoles” fue utilizado por primera vez por Piotr Naumov, profesor del I Gimnasio de San Petersburgo, en 1823, en un libro de texto.

2. El nombre ‘yugo’ (‘igo’) fue inventado por historiadores

¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol? Estatua de Batu Kan en Kayseri, Pinarbasi, Turquía.
Vikiçizer (CC BY-SA 3.0)

“Igo” traducido del latín (jugum) significa “yugo". El yugo agrícola más sencillo, utilizado en la Antigua Roma, tenía la forma de la letra 'П', colocada sobre el cuello de dos bueyes. En sentido metafórico, “yugo” significa obligación, carga. “Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os aliviaré. Llevad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera”, dice Jesús en el Evangelio de Mateo.

El historiador polaco Jan Długosz calificó en 1479 de “yugo” el sometimiento de las tierras rusas a la Horda de Oro en sus Anales o crónicas del famoso Reino de Polonia. En ruso, esta palabra se utilizó por primera vez en 1674 en un libro histórico titulado Sinopsis de Inokenti Guizel, publicado en Kiev y muy popular en Rusia. De allí la tomó prestada Nikolái Karamzín, quien creó y fundamentó el concepto de “yugo tártaro mongol”.

3. ¿Por qué el método de Nikolái Karamzín no era histórico?

¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol? Nikolái Karamzín
Vasili Tropinin

Nikolái Karamzín publicó en 1818 los ocho primeros volúmenes de la Historia del Estado ruso, considerada la primera obra de síntesis de este tipo sobre la historia de Rusia. Karamzín trabajó durante la época del Romanticismo y era escritor profesional. Por ello, decidió dar a su obra un carácter moralizante.

En 1792, en Cartas de un viajero ruso, Karamzín se lamentaba: “Es una lástima <...> que, hasta el día de hoy, no tengamos una buena obra de historia rusa, es decir, escrita con una mente filosófica, con crítica, con noble elocuencia <...> Podríamos elegir algunas figuras históricas, insuflarles vida, darles color y un lector se asombraría de cómo Néstor, Nikon y otros podrían convertirse en algo atractivo, fuerte, digno de atención.” (la cursiva es nuestra - RB).

La Historia de Karamzín fue escrita con un objetivo preestablecido: demostrar que el pueblo ruso avanza inevitablemente hacia la libertad y la ilustración bajo el liderazgo de un sabio soberano cristiano ortodoxo. Como escribió Vasili Kliuchevski: “El objetivo de la obra de Karamzín es convertir la historia rusa en una elegante edificación”.

De ahí que, al describir la invasión del ejército mongol, Karamzín ofrezca inmediatamente una interpretación de este acontecimiento y, más adelante, proceda sólo a partir de ella. Al describir cómo el príncipe Yaroslav II acudió al cuartel general del Kan en 1243 para recibir al primer jarlig que se convertiría en Gran Príncipe de Vladímir, Karamzín afirma claramente: “Como tales, nuestros gobernantes renunciaron solemnemente a los derechos de una nación independiente e inclinaron el cuello bajo el yugo de los bárbaros” (¡así llamaba Karamzín a los mongoles, que en realidad eran una de las naciones más avanzadas política y técnicamente de los siglos XII-XIII!).

¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol? "Los basqaq", de Serguéi Ivanov. Podemos ver a un noble jinete mongol, el basqaq, recogiendo tributos, y a los campesinos rusos, que se arrodillan ante él en gesto de respeto.
Serguéi Ivanov

El escritor no menciona el hecho de que fue inútil resistirse a Batú Kan. El tamaño del ejército mongol superaba varias veces las fuerzas combinadas de todos los príncipes rusos. Además, el ejército mongol era un ejército regular, a diferencia de las fuerzas militares de los príncipes rusos, que todavía estaban en el nivel de “guardia doméstica”. Karamzín también afirma que los rusos de entonces eran un pueblo unido e independiente, lo que no se corresponde con la realidad, ya que los ducados rusos estaban en constante estado de guerra entre sí y, por lo tanto, no estaban unidos.

El concepto de Karamzín parecía muy conveniente: siendo un dandi, un enciclopedista y un anglófilo, concibió la idea de que Rusia iba “a la zaga" de la Europa ‘ilustrada’”. “Tuvimos nuestro propio Carlomagno - Vladímir, nuestro propio Luis XI - el zar Iván, nuestro propio Cromwell – Godunov”, escribió descaradamente. Karamzín no daba a la historia rusa un significado propio e independiente; para él sólo era el reflejo de los acontecimientos de la historia europea, de ahí que los “tártaros” (en realidad, los mongoles) se convirtieran para él en “bárbaros”. Pero el yugo, puesto por los “civilizados” romanos sobre los bárbaros conquistados, según Karamzín, descendió sobre el pueblo ruso, haciéndolo inferior.

4. ¿Cómo afectó a Rusia la invasión mongola?

¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol? El príncipe Mijaíl en la Horda de Oro, por Vasili Vereshchagin
Vasili Vereshchagin

La invasión de Batú dejó a los príncipes rusos sin independencia política. Los mongoles no querían vivir en tierras rusas ni gobernarlas directamente: simplemente necesitaban que los rusos pagaran tributos en dinero, y hombres, para servir en el ejército mongol. Los príncipes rusos se convirtieron en “siervos” (“súbditos”) del Kan y proporcionaron sus tropas para los próximos planes de conquistas del Kan: Bizancio, Lituania y el Cáucaso.

Con ello, los mongoles dejaron a los ruríkidas el derecho de dirigir los asuntos en sus tierras, porque no sabían nada de los asuntos internos rusos. Los mongoles se dieron cuenta de que los rusos preferían morir antes que entregar sus casas y, sobre todo, las iglesias, por lo que era inútil intentar esclavizarlos. Sin embargo, los príncipes sólo podían poseer sus ciudades con el permiso de la administración mongola: tenían que ir a ver al Kan, presentarse personalmente ante él y recibir un documento único: un jarlig.

Es importante saberlo: tanto a los kanes como a los príncipes les interesaba que la población no se levantase en armas, ya que todos ellos se alimentaban de ella. En igual medida, los kanes encontraban desventajoso que los príncipes rusos fueran atacados desde Occidente con el objetivo de conquistar sus tierras o que un príncipe se hiciera demasiado poderoso sin el “permiso” de un kan. Por ejemplo, en 1252, Batú envió a su comandante Nevryui para apoyar a "su" príncipe, Alexander Yaroslavich (Alexander Nevski) contra su hermano Andréi y sus aliados. Nevryui arrasó muchas ciudades y se llevó cautivos a muchos rusos, mientras que el príncipe Alejandro recibió su derecho a gobernar Vladímir y realizó un censo para organizar la recaudación de tributos.

¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol? La destrucción de Riazán por Batu Kan, 1237
Andréi Mironov (CC BY-SA 4.0)

Poco a poco, desde principios del siglo XIV, los príncipes empezaron a recaudar ellos mismos los tributos de su pueblo, ya que los rusos se habían levantado en armas muchas veces contra los recaudadores de impuestos de la Horda de Oro (los basqaqs), exigiendo su expulsión de las ciudades rusas. Sin embargo, a partir de mediados del siglo XIII, la Horda de Oro sufrió la misma fragmentación política: ahora había varios “grandes kanes” y cada uno exigía tributo a los príncipes rusos y se esforzaba por emitir jarligs. Según el historiador Nikolái Borisov, “un Gran Príncipe de Moscú tenía que reducir la cuantía del tributo, repartirlo a partes iguales entre los ‘herederos’ o tratar sólo con uno de ellos, tratando a los demás como impostores”.

Los príncipes rusos siguieron participando en guerras del lado de los tártaros, siguieron llamando a su servicio a zarévich tártaros y convirtiéndose en sus aliados, al tiempo que seguían casándose con princesas tártaras y casando a sus hijas con principitos turcos. En la década de 1250, Dair Kaydagul, el bisnieto de Gengis Kan, llegó a Rusia; nosotros lo conocemos como el monje Pedro, zarévich de la Horda. Se convirtió al cristianismo ortodoxo, y su tío, el jan Berke, aprobó su elección, enviándole costosos regalos. La nobleza rusa consideraba un honor casarse con las líneas nobles tártaras, porque eran, en opinión de los rusos, más antiguas.

Podríamos continuar esta lista de interacciones durante mucho tiempo, pero una cosa está clara: lo que se considera un yugo, la esclavitud de Rusia por un señor soberano mongol o tártaro, en realidad era una relación de principados rusos y principados tártaros divididos.

También es controvertida la opinión de Nikolái Karamzín de que la invasión mongola “frenó” el desarrollo de las tierras rusas. Tenemos un artículo aparte al respecto que puedes leer aquí.

5. Pero, ¿fueron asesinados príncipes rusos en la Horda de Oro? Sí, al igual que los príncipes de la Horda fueron asesinados en Rusia

¿De verdad Rusia estuvo sometida al yugo tártaro-mongol? "La Horda de Oro", de Alexéi Maksimov. Podemos ver a los nobles rusos rindiendo homenaje al Kan, de rodillas.
Alexéi Maksimov

Naturalmente, los rusos y la Horda de Oro eran enemigos. La dependencia política y el pago de tributos no pueden basarse en relaciones amistosas. Los príncipes iban a la Horda de Oro para recibir un jarlig o para ser juzgados por el Kan, que actuaba como árbitro en las disputas entre facciones. Antes de estos viajes, los príncipes dejaban sus testamentos a sus esposas e hijos, conscientes de que, en la sede del Kan, podían ser ejecutados o asesinados por otros príncipes. En 1325, en Sarái, el príncipe Dimitri “El de Ojos Temibles” Mijáilovich capturó y mató al príncipe Yury Danilovich para vengar la muerte de su padre. El propio príncipe Dimitri fue ejecutado un año después por esta arbitrariedad, por orden del Kan Uzbeg.

Las pésimas relaciones entre rusos y mongoles comenzaron con el asesinato de embajadores mongoles por parte de príncipes rusos, lo que constituía un crimen atroz. Kanes de la Horda de Oro también fueron asesinados en Rusia (uno de los más nobles de los kanes de la Horda, que murió allí, fue Shevkal (Chol Kan), un descendiente directo de Genghis Kan en la línea masculina. Fue quemado vivo durante el levantamiento de Tver en 1327.

Pero, en general, los rusos temían capturar y matar a la nobleza de la Horda, ya que ésta podría vengarse sin piedad. De ahí que, incluso cuando Moscú se deshizo de su dependencia, los rusos prefirieran acoger a los numerosos kanes y zarévich “tártaros” y concederles tierras e incluso cargos honoríficos en la corte del zar. Hasta finales del siglo XVII, existió un kanato Qasim “de bolsillo”, dispuesto en medio de la región de Riazán, para dejar que sus últimos y temibles gobernantes vivieran sus días con dignidad.

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