Hace 545 años, el 11 de noviembre de 1480, Rusia se liberó definitivamente del yugo mongol-tártaro
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Los levantamientos y rebeliones eran reprimidos con extrema dureza. Incluso la brillante victoria del príncipe moscovita Dmitri Ivánovich en la batalla de Kulikovo en 1380, contra el ejército mongol de Mamái, no cambió radicalmente la situación.
La esperanza de liberación surgió a mediados del siglo XV. La Horda de Oro, debilitada por una prolongada crisis política y derrotada por el conquistador centroasiático Tamerlán, se fragmentó entonces en varios estados independientes.
El Gran Principado de Moscovia, en cambio, crecía y se fortalecía. En 1478, incorporó los extensos territorios de la República de Nóvgorod, dando un paso decisivo hacia la formación de un Estado ruso centralizado.
Moscovia se sintió lo bastante fuerte como para dejar de pagar tributo a la Gran Horda, el mayor de los fragmentos de la antigua Horda de Oro, que se consideraba su sucesora. La culminación de este enfrentamiento fue el llamado enfrentamiento del río Ugrá en 1480.
El 8 de octubre, el ejército del kan Ajmat intentó cruzar el río (en lo que hoy es la región de Kaluga) para invadir las tierras moscovitas, pero fue rechazado por las fuerzas del gran príncipe Iván III. Todos los intentos posteriores fracasaron, y Moscovia rechazó categóricamente las exigencias de reanudar el pago del tributo.
Sin haber conseguido nada, el 11 de noviembre las tropas del kan se retiraron de vuelta a la Horda, lo que marcó el fin definitivo del yugo mongol-tártaro sobre Rusia.