¿Por qué se hervían los jeans en la URSS? (Fotos)
Los pantalones vaqueros estadounidenses eran el sueño de casi todos los ciudadanos soviéticos. Durante mucho tiempo fueron un sueño inalcanzable.
La primera vez que los ciudadanos de la URSS vieron vaqueros en masa fue a finales de los años 50: unos 34.000 extranjeros acudieron al Festival Mundial de la Juventud. Desde entonces, según la historiadora de la moda Megan Virtanen, se convirtieron no sólo en una prestigiosa mercancía occidental, sino en un fetiche.
Mercancía prohibida
He aquí algunos ejemplos de lo que los rusos estaban dispuestos a hacer por unos pantalones.
Los estudiantes estaban dispuestos a trabajar descargando vagones de ferrocarril por la noche para hacerse con ellos: los Levi's, Lee, Wrangler o Montana costaban de 150 a 300 rublos en aquella época (de tres a cuatro meses de sueldo en esta categoría).
Podían haber sido expulsados de la universidad, quedarse sin trabajo o no ser admitidos en la escuela, pero la gente estaba dispuesta a correr esos riesgos. Cuando conseguían los vaqueros, algunos los llevaban todos los días durante 3-4 años, y los días de colada se quedaban en casa.
Hubo episodios trágicos: a finales de los años 70, Literatúrnaia Gazeta informó de casos de suicidio de adolescentes por falta de esta prenda de moda.
Durante mucho tiempo se luchó oficialmente contra los vaqueros: el tejido original estadounidense no estaba disponible en las estanterías. Los traficantes -los que los vendían a mano con un sobreprecio del 300%- eran perseguidos como especuladores (la especulación era un delito penal).
Sin embargo, cuanto más se levantaba el Telón de Acero, más difícil le resultaba a la maquinaria estatal resistirse a la popularidad de los productos occidentales. Finalmente, las autoridades soviéticas decidieron utilizar esta demanda en su beneficio.
Si no puedes vencerlos, únete a ellos
En los años 80, la industria ligera soviética decidió fabricar por su cuenta un producto popular bajo licencia occidental. Pero no pudieron llegar a un acuerdo con las marcas famosas. Así que recurrieron a la italiana Jesus Jeans. Bajo su licencia y utilizando sus equipos, en 1983 la URSS empezó a fabricar sus primeros vaqueros con las marcas Tver y Vereya. La producción era enorme: 1,2 millones de pares al año.
Es cierto que tenían un problema: aunque se llamaban vaqueros, se parecían a ellos excepto en el color. No estaban hechos de tela vaquera, sino de imitación de tela vaquera, algodón denso de baja calidad. El material no envejecía como el tejido vaquero, con las necesarias marcas de rozaduras, sino que incluso después de 10 lavados seguidos perdía color o se deshacía.
A pesar de ello, los vaqueros soviéticos seguían arrasando en las estanterías. Y para que se parecieran al menos en algo a los importados, se envejecían artificialmente con piedra pómez (para que tuvieran las mismas marcas de roce que los vaqueros de verdad). Se metía un trozo de piedra pómez en la lavadora con los vaqueros dentro.
Además, en los años 80, el vaquero "con razoduras" se puso de moda en Occidente, lo que hizo muy felices a los emprendedores soviéticos. Al fin y al cabo, sabían exactamente cómo imitar este efecto. Fue entonces cuando empezaron a hervir vaqueros en masa.
Hervir durante 20 minutos, removiendo
El método era eficaz y requería cierta creatividad. Antes de hervir los vaqueros, los retorcían y tiraban de ellos, asegurándolos en su posición con pinzas. El método de sujeción influía en la forma de los surcos.
A continuación, se calentaba una olla grande de agua y se añadía una gran cantidad de cal (aproximadamente 1:5). Los vaqueros retorcidos se colocaban en la olla y se hervían durante 15-20 minutos, removiendo con una cuchara larga. Después se enjuagaba a fondo. El resultado eran unas rayas blanqueadas que imitaban al original. En la URSS se les apodaba "vaqueros hervidos".
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