Marina Tsvetáieva en cartas: el retrato íntimo de una exiliada rusa

En un mundo marcado por el vértigo de las redes y la inmediatez, detenerse a leer una carta puede parecer un acto fuera de época. Sin embargo, hay cartas que contienen vidas enteras. Tal es el caso de las 138 misivas escritas por la gran poeta rusa Marina Tsvetáieva entre 1922 y 1939, dirigidas a su amiga Anna Tesková. Estas cartas, ahora traducidas, nos abren una puerta íntima a la vida de una de las voces más conmovedoras de la literatura del siglo XX.

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Marina Tsvetáieva (1892–1941) no necesita presentaciones entre los amantes de la poesía rusa. Pero en estas cartas, más que la figura de la poeta, descubrimos a la mujer que escribe desde el exilio, que ama, que duda, que sufre y que sueña. Durante diecisiete años, Marina va desgranando su vida en los márgenes de Europa: primero en los alrededores de Praga, luego en los suburbios de París. A través de su caligrafía –que imaginamos vibrante, a veces desesperada– narra su cotidianeidad como emigrante, sus luchas económicas, sus anhelos literarios, su maternidad, su extenuante resistencia emocional.

Dominio público Marina Tsvetáieva en 1911.
Dominio público

El relato comienza en Bohemia, en el invierno de 1922. La joven Marina aún no conoce del todo lo que implica vivir desterrada. Con los años, ese destierro se volverá una forma de existencia. La última carta está fechada en junio de 1939, justo antes de su trágico regreso a la Unión Soviética. A esas alturas, ya ha sido testigo (y víctima) del devenir implacable de los tiempos.

La Universidad Veracruzana
La Universidad Veracruzana

En todas esas páginas, hay una presencia silenciosa pero constante: Anna Tesková. Nacida en Praga en 1872, Tesková fue una intelectual checa comprometida con el diálogo cultural entre Rusia y Chequia. Traductora, escritora, organizadora de veladas literarias, su nombre quizá no resuene tanto como el de Tsvetáieva, pero su papel fue crucial. Sin ella, estas cartas –y quizá parte del equilibrio emocional de Marina– no habrían existido.

Esta correspondencia no solo es el testimonio de una amistad profunda entre dos mujeres cultas y sensibles. Es también la radiografía de toda una generación de intelectuales rusos arrojados al exilio, arrastrados por los vientos de la Revolución, la guerra civil y los totalitarismos. A través de estas páginas, se entreteje una “novela epistolar” que es, al mismo tiempo, crónica íntima y documento histórico.

Cartas a Anna Tesková (Novela epistolar)’ traducido por Selma Ancira, se encuentra disponible en una edición publicada por La Universidad Veracruzana (UV), una institución de educación superior pública y autónoma con distintas sedes a lo largo de México.                                                                                                                 

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