Saltikov-Shchedrín: Escritor satírico y terrorista legal
Mijaíl Saltikov-Shchedrín nació el 27 de enero de 1826 y se convirtió en uno de los escritores más controvertidos de su época. Descrito por sus contemporáneos como “escritor de sarcasmos y analistacorrosivo” y “terrorista legal de Rusia”, era inflexible en sus mordaces ataques satíricos contra la sociedad y el Estado.
Aunque Rusia ha cambiado de régimen dos veces desde que Saltikov-Shchedrín vivió, sus palabras parecen tan frescas ahora como entonces, ya que la corrupción oficial sigue siendo un azote de la Rusia moderna. Saltikov-Shchedrín estaba bien situado para juzgar su alcance en su propia sociedad, ya que fue un alto funcionario del régimen zarista durante mucho tiempo, lo que da a su obra una ventaja adicional.
Su importancia también se hizo notar en vida: Lev Tolstói lo describió como el “fiscal del pensamiento público ruso”, mientras que Iván Turguéniev lo comparó con Juvenal.
Un alter ego satírico
El doble apellido del escritor, Saltikov-Shchedrín, muestra su doble vida. Durante muchos años fue simplemente Mijaíl Saltikov -un noble de nacimiento que se había labrado una exitosa carrera como funcionario y era vicegobernador de las provincias de Riazán y Tver- y Nikolái Shchedrín, escritor y comentarista social, seudónimo de Saltikov.
Llamó la atención de las autoridades con sus primeras novelas, Contradicciones (1847) y Un asunto complicado (1848), que se burlaban de las convenciones sociales de la época. El escritor fue desterrado durante ocho años a la ciudad de Viatka, en el noreste de Rusia, por su “dañina forma de pensar y su pernicioso deseo de difundir ideas que ya han sacudido a toda Europa occidental”, una referencia a la Revolución Francesa de 1848, que había asustado al gobierno y provocado su duro castigo.
Sin embargo, Saltikov-Shchedrín continuó su carrera oficial en el exilio, obteniendo abundante material para futuros trabajos a partir de sus observaciones de la anodina vida provinciana rusa.
Convertido en escritor a tiempo completo
Poco a poco, el escritor Shchedrín desplazó al funcionario Saltikov. En 1868, cuando el renombrado poeta y periodista ruso Nikolái Nekrasov le invitó a coeditar la famosa revista rusa Notas de la Patria, Saltikov-Shchedrín se dedicó de lleno a la labor literaria.
Se ganó una reputación como escritor satírico en 1856 con la publicación de su conjunto de relatos Ensayos provinciales, donde describía la vida provincial rusa, condenando y ridiculizando las convenciones sociales, las leyes, los funcionarios y los terratenientes.
El propio Shchedrín no tardó en ser blanco de las críticas; se le acusó de burlarse, mofarse y plegarse a la moda de la “risa” en la literatura.
“Que un vicegobernador en dos ocasiones critique el sistema estatal de Rusia es una paradoja tanto desde el punto de vista moral como jurídico”, señaló entonces un periodista.
Saltikov respondió con nuevas obras literarias. En 1870, publicó una novela satírica titulada Historia de un pueblo, en la que alejaba su mirada burlona de las provincias y la dirigía a los círculos gubernamentales. El zar y sus ministros aparecían como alcaldes de la ciudad, y el pueblo imaginado en cuestión, Glupov, se convirtió en un símbolo del régimen en su conjunto. “Glupiy” significa “estúpido” en ruso, por lo que el propio nombre implica “ciudad de tontos”.
Escritor del pueblo
El estilo de escritura de Shchedrín combinaba el habla popular, los símiles zoológicos y lo grotesco. Escribió relatos como La carpa idealista, Águila - patrona de las artes y El oso en la provincia, en los que borró por completo los límites entre la fantasía y la realidad. Utilizaba abundantemente coloquialismos, proverbios y, en ocasiones, un lenguaje grosero e incluso insultante.
Saltikov-Shchedrín ostenta el récord de mayor número de palabras nuevas introducidas en el ruso por un individuo: unas 600 del total aproximado de 400.000 del idioma. Algunos ejemplos son los equivalentes rusos de “sin carácter”, “blandura”, “timidez”, “pereza”, “vociferación” y “franqueza”. A modo de comparación, Pushkin y Dostoievski introdujeron unas 150 y 60 palabras respectivamente.
La prosa de Shchedrín también tiene valor histórico, ya que sus ataques al statu quo reflejan la creciente oposición pública de la época a valores como la servidumbre y, en última instancia, al régimen en su conjunto.
5 de los aforismos de Saltikov-Shchedrín:
- “No es gran cosa que te den la mitad del valor de un rublo en Europa, pero si te dan un puñetazo en la cara por tu rublo, eso sí es malo”.
- “La severidad de las leyes rusas se suaviza por el hecho de que obedecerlas es opcional”.
- “Tan limpios que te da miedo escupir”.
- “Introducir el conocimiento gradualmente, evitando el derramamiento de sangre si es posible”.
- “Debería haber un conjunto de decencia para cada atropello”.
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