Los 7 lugares más anómalos de Rusia
1. Anomalía magnética de Kursk
El lugar donde no se puede confiar en una brújula está en la intersección de tres regiones: Kursk, Bélgorod y Oriol. La anomalía magnética de Kursk es una zona donde se encuentran algunas de las mayores reservas de mineral de hierro del mundo. Y es por ello que aquí la aguja de la brújula se vuelve loca.
La cantera está activa, y se puede en excursiones en grupo (excepto la época en la que se realizan trabajos de explosión). Las mejores vistas de la cantera se obtienen desde la plataforma de observación superior.
2. Triángulo de Moliobka
El pueblo de Moliobka, en la región de Perm, lleva atrayendo a ufólogos y turistas desde la década de 1980; algunos incluso creen que aquí hay una especie de puerto espacial para ovnis. ¿Y cómo explicar si no los círculos en la hierba del Calvero de los Horrores o sus pequeñas pirámides?
Hay un lugar que ha sido bautizado incluso como la “cabina telefónica” en broma. Aquí, en una superficie de unos 4 metros cuadrados, no hay señal de móvil.
3. ‘El país de las ciudades’
Es posible que hayas oído hablar de la antigua ciudad de Arkaím, en la región de Cheliábinsk. Fue descubierta a finales de la década de 1980, cuando iban a construir un embalse en la zona. Las excavaciones demostraron que el asentamiento data de los siglos XX-XII a.C., es decir, tiene la misma antigüedad que las pirámides egipcias. Contaba con más de 60 casas, un sistema de alcantarillado y un horno metalúrgico. Arkaím (“columna vertebral”) recibió su nombre de los arqueólogos soviéticos por el nombre de la colina más cercana. Según los científicos, la ciudad existió durante unos 200 años y luego sus habitantes la abandonaron, pero antes la incendiaron.
Además de Arkaím, los arqueólogos encontraron otras dos docenas de asentamientos similares en las cercanías, en un radio de 350 km. Llamaron a estos lugares “el país de las ciudades”. Hoy en día, estos lugares atraen a místicos de todo tipo, que vienen a llenarse de energía. Quizá para eso se construyeron estas ciudades.
Los científicos creen que la gente no vivía en el “país de las ciudades”, sino que iba allí a realizar rituales, celebrar fiestas colectivas y fabricar objetos de bronce. Algunas personas que van al “país de las ciudades” manifiestan una ansiedad desmedida, hipertensión y fiebre.
4. ‘Bosque danzante’
En el Parque Nacional del istmo de Curlandia, cerca de Kaliningrado, se puede ver un bosque misterioso. Los troncos de los pinos se retuercen en espirales y anillos. Y si piensas que se trata de un bosque muy antiguo, no es así. Los árboles no se plantaron hasta la década de 1960 para fortalecer el suelo arenoso. Además, no todo el bosque “baila”, sino sólo una parte de él.
Por supuesto, hay muchas leyendas sobre este bosque, como que es una puerta al mundo de los espíritus. Pero los botánicos atribuyen la razón del “baile” a un fuerte campo geomagnético y a las plagas de orugas que adoran los brotes jóvenes de los pinos, así como a la base de arcilla bajo las dunas de arena, que se mueve y no permite que el árbol crezca recto.
5. Lago Imandra
En la región de Múrmansk, en la ciudad de Apatiti, hay un lago ártico llamado Imandra. Se destaca por el hecho de que precisamente en esta zona la gente observa espejismos árticos. Es decir, ven los contornos de árboles, algunos edificios, elevaciones, pero se trata sólo de ilusiones ópticas. La cuestión es que Imandra está rodeada de colinas, y por encima de ellas hay aire frío y denso, que funciona como una lente. Por lo tanto, el espejismo puede ser recto o invertido.
6. El monstruo de Brosno
Probablemente cada país tiene su propio “monstruo del lago Ness”. En Rusia el monstruo submarino vive en la región de Tver, en el lago Brosno. Al menos, si crees a los lugareños y a testigos que aseguran haberlo visto. Supuestamente, en el lago de vez en cuando hay movimiento y estallido de burbujas. Los científicos, sin embargo, creen que las “burbujas” se forman debido al sulfuro de hidrógeno del suelo. Pero eso no explica todas las rarezas. Por ejemplo, la aparición de una cabeza escamosa, que dicen que se ha visto repetidamente en el lago.
7. Monte Vottovaara
El monte bajo Vottovaara, de menos de 500 metros de altura, está situado en la parte central de Carelia, donde hay pocos asentamientos humanos. El pueblo más cercano se encuentra a una distancia mínima de 30 km y solo se puede llegar a él a través de lagos y ciénagas. Los lugareños consideran que Vottovaara es un lugar central para los espíritus e intentan evitar estos lugares. En la cima no crece prácticamente nada, salvo pinos rizados y abedules, pero hay unos 1.600 peñascos apilados en un orden determinado. Los arqueólogos creen que pudo ser un lugar ritual de los sami u otros pueblos antiguos.
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