Aventura apta solo para valientes: Surfeando en el Ártico
Serguéi Rasshiváiev comenzó a hacer surf cuando tenía 23 años y poco después se dio cuenta de que era el deporte de su vida. Ya ha conquistado todos los océanos, y ha surfeado en lugares que ni tan siquiera podrías imaginar. También abrió su propia agencia de viajes, que ayuda a la gente a organizar viajes para hacer surf y hasta ha fundado su propia escuela para enseñar a subirse a las olas.
“Después de haber hecho surf en todos los océanos el siguiente era lógicamente el océano Ártico”.
“Ya había surfeado en aguas frías así que no tenía miedo. Aunque sí que hubo momentos espeluznantes. En una ocasión casi me ahogo por las grandes olas”.
“Para poder soportar las temperaturas heladoras llevo un buen traje de agua. Nada más salir del agua me cambio y me pongo ropa seca y me caliento”.
En el norte, como en todo Rusia, la temporada de surf es durante todo el año. En San Petersburgo la gente de hacer surf cuando aparece el hielo.
“Me encanta surfear en casa, en San Petersburgo. Ya lo he hecho en Vladivostok, en las islas Kuriles, en Kamchatka, en el Mar Negro, en Daguestán y Kaliningrado. Entre los lugares más cálidos, los que más me gustan son la República Dominicana y las Maldivas.
“Tengo un amigo italiano que me visita a menudo y que también hace surf en San Petersburgo”.
“Recomiendo a los extranjeros surfear en Rusia. Hay muchos que lo hacen en Kamchatka”.
Evidentemente, uno tiene que entender que en un viaje para hacer surf a Rusia no se trata tanto de encontrar la ola perfecta sino de una excusa para explorar el país.
“Intenta hacer surf en cualquier lugar de Rusia, aunque hay que tener en cuenta algunas dificultades: la mayoría de las ciudades tienen poca infraestructura y no todo el mundo habla inglés. En lugares como las Kuriles y otros sitios fronterizos puede haber problemas para obtener un permiso de visita. Pero todos estos obstáculos se pueden resolver”.
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