
10 joyas ocultas de Crimea que, probablemente, no conocías (Fotos)

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1. Las playas de los ‘Generales’

Esta extensa zona costera cerca de la ciudad de Kerch es conocida comúnmente como la “costa de las mil bahías”. Cada una tiene su propio nombre: la “Bahía de la Alegría”, la “Bahía del Viajero”, “Moral”, “Vaca”, “Tejón”, “Ivanova”, “Lila”, etc. No encontrarás dos iguales.

En tiempos soviéticos, en este lugar existía una base militar y la entrada estaba estrictamente prohibida. Los lugareños inventaron la leyenda de que en realidad eran los altos mandos del ejército y sus familias quienes descansaban en esas magníficas playas. De ahí proviene el nombre “Playas de los Generales”.
2. Cabo Fiolent

En este lugar, no muy lejos de Sebastopol, cuesta creer que uno se encuentra en Rusia: el paisaje local recuerda a los mejores rincones de Grecia. Aguas turquesa y acantilados pintorescos atraen cada año a más visitantes.

El Cabo Fiolent cuenta con numerosos atractivos naturales y culturales que transportan a otras épocas, como la pintoresca “Gruta de Diana”, el Monasterio de San Jorge, la “Roca del Dragón” y la rotonda de Pushkin, que recuerda las visitas del poeta a estos lugares.
3. Lagos de montaña

Crimea sorprende no solo con su costa azul prístina, sino también con sus increíbles paisajes montañosos. Entre los picos se esconden lagos de montaña pintorescos.

Por ejemplo, en la zona de Gaspra se encuentra un lago turquesa. Y el antiguo lago de la cantera Inkermán guarda la memoria de la estancia de San Clemente en el lugar. En el siglo I d.C., este discípulo del apóstol Pedro trabajó en túneles locales y bautizó a los habitantes.
4. La Roca Blanca

Este acantilado de creta se eleva majestuoso sobre el valle del río Biyuk-Karasú, en la región central de Crimea. Dio nombre a toda el área: “Belogorski”, que significa literalmente “Montaña Blanca”.

Curiosamente, un lado del acantilado es escarpado, mientras que la otra pendiente es suave, por lo que se puede subir a pie o incluso en coche.
En la época soviética, allí se rodaron numerosas películas, entre ellas Un hombre del Bulevar des Capucines (1987), Asunto estrictamente comercial (1962) y El jinete sin cabeza (1973).
5. Parque Aivazovski

Pinos, cedros, cipreses y cientos de plantas y flores exóticas deslumbran con sus múltiples aromas… ¡y todo ello con vistas al mar! Este lugar celestial (a menudo llamado “paraíso”) se encuentra en la aldea de Partenit, cerca de Alushta.

El parque paisajístico con esculturas, columnas antiguas y escaleras de mármol es uno de los rincones menos explorados del sur de Crimea. Está situado dentro del sanatorio Aivazovski (llamado así en honor al célebre pintor marino) y permite pasear por alamedas sombreadas mientras se disfruta del canto de los pájaros.
6. La antigua carretera de Sebastopol y el ‘Gran Cañón’

Este es uno de los mejores recorridos para un viaje por carretera en Crimea. La histórica autopista, construida en el siglo XIX bajo el mando del conde Vorontsov (entonces gobernador general local), conecta Sebastopol con Yalta. Antes de su construcción, solo se podía llegar a la costa sur de Crimea por mar.

El camino atraviesa el Paso Baidar y el llamado “Gran Cañón de Crimea”, un paraje virgen con cúmulos de rocas, cascadas y pozas kársticas de aguas esmeralda.
7. La ciudad fortaleza de Eski Kermen y Mangup-Kale

En la zona montañosa cercana a Bajchisarái se encuentran varias antiguas ciudades fortificadas y rupestres. Una de las más interesantes es Eski Kermén, que según los arqueólogos fue fundada en el siglo VI por los bizantinos.
En los siglos XII y XIII era una ciudad próspera y bien defendida, pero más tarde fue destruida por las tropas de la Horda de Oro y nunca recuperó su esplendor.

Mangup-Kale, por su parte, es una ciudad fortaleza medieval erigida en un inaccesible acantilado de la zona de Bajchisarái. Estos lugares llevan la huella de múltiples épocas: del Imperio bizantino al período otomano, y después al Imperio ruso. El complejo de cuevas de Mangup, cuyo túnel más largo alcanza los 230 metros, revela mucho sobre los antiguos habitantes que allí residieron.
8. Las kenasas de Eupatoria

Uno de los lugares más singulares del oeste de Crimea es el complejo de oración de los caraítas de Eupatoria. Los caraítas son un pequeño grupo étnico de lengua túrquica que profesa el caraísmo, una rama del judaísmo.

Las casas de oración (kenasas) fueron construidas en el siglo XIX, e incluso el emperador Alejandro I las visitó.
9. Lago Donuzlav

Los científicos creen que este lago, en parte de agua dulce y en parte salada, fue en el pasado una bahía. Hoy en día está separado del mar Negro solo por un estrecho cordón arenoso.
El Donuzlav, segundo lago más grande de Crimea, es también el más profundo y largo (razón por la cual se cree que ocupa el cauce de un antiguo río). En él crecen plantas raras y anidan numerosas aves incluidas en el Libro Rojo de especies en peligro de extinción.
10. Cabo Tarjankut

Uno de los símbolos más reconocibles de este cabo, situado en el oeste de Crimea, es el faro de Tarjankut, construido a principios del siglo XIX.

Hoy, el lugar es muy popular entre los amantes de los deportes extremos. Allí se celebran con frecuencia competiciones de windsurf y kitesurf.