Cuando en Siberia vivían estegosaurios
En 2005, en los alrededores de Sharípovo, una localidad cercana a la ciudad de Krasnoyarsk, los paleontólogos descubrieron muchos huesos de estegosaurio, que unieron para montar un esqueleto casi completo. Tras estudiar los fósiles, los científicos llegaron a la conclusión de que no se trataba sólo de una especie recién descubierta, sino también del estegosaurio más antiguo jamás hallado. Resultó ser unos 7 millones de años más antiguo que sus parientes norteamericanos. Por desgracia, no se encontró el cráneo. Mientras tanto, esta parte del esqueleto es sumamente importante para la clasificación científica. Por ahora, en todas las bases de datos paleontológicas, el “lagarto de Sharípovo” figura como ‘Stegosauria indet’ (estegosaurio indeterminado).
El esqueleto expuesto en el Museo de Tradición Local de Krasnoyarsk fue apodado JuraShKa (abreviatura del periodo Jurásico, Sharípovo y el Territorio de Krasnoyarsk). Según todos los criterios, este estegosaurio era muy pequeño: 4 metros de longitud, mientras que los miembros más grandes de esta familia alcanzaban los 9 metros.
Como describen en la agencia TASS, se han encontrado algunos huesos, o más bien dientes, de estegosaurio en las orillas del arroyo Teete, en Yakutia. Este lugar es notable por varias razones. En primer lugar, los hallazgos realizados allí se remontan a principios del Cretácico. En otros lugares, el estegosaurio se extinguió a finales del Jurásico. Sólo los habitantes de este peculiar refugio siberiano sobrevivieron mucho más tiempo (los biólogos denominan refugios a este tipo de zonas).
En segundo lugar, antes se creía que el estegosaurio era incapaz de masticar. Sus dientes parecían demasiado débiles y pequeños para poder triturar ramas, hojas y helechos. Se suponía que el animal simplemente se tragaba la vegetación arrancada, que acababa triturada en el estómago con piedras tragadas. Sin embargo, el hallazgo en Yakutia demostró que el estegosaurio acabó desarrollando la capacidad de masticar los alimentos: Los paleontólogos rusos identificaron abrasiones muy especiales en los dientes del animal.
Por último, en Teete, los paleontólogos encontraron dientes muy pequeños que pertenecían a cachorros. Esto es una prueba clara de que los dinosaurios vivieron y se reprodujeron en esta región circumpolar durante bastante tiempo.
Además de Sharípovo y Teete, se han encontrado fósiles de estegosaurio en las localidades de Kalbak-Kyry (Tuvá), Shestakóvo (región de Kémerovo), así como en los ríos Bolshói Ilek, Bolshói Kemchug y Bolshói Terejtiul (región de Krasnoyarsk).
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