Cómo Lev Tolstói perdió en las cartas la casa donde nació

Puerta a Rusia (Foto: P.Preobrazhensky; Sheridan Libraries/Levy/Gado; Serguéi Levitsky) / Getty Images
Puerta a Rusia (Foto: P.Preobrazhensky; Sheridan Libraries/Levy/Gado; Serguéi Levitsky) / Getty Images
El clásico era muy dado al juego: apostaba dinero a las cartas, al billar e incluso a la ruleta. Y le costaba parar. Como consecuencia, en su vida sufrió varias pérdidas importantes.

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Así, por ejemplo, en 1862, poco antes de su boda, el escritor perdió en una partida de billar una suma considerable: 1.000 rublos. Lo salvó el editor de la revista El mensajero ruso, Mijaíl Katkov. Pero pidió que la deuda no se le devolviese con dinero, sino con una nueva obra. Así, Tolstói se vio obligado a terminar la novela corta Los cosacos.

P.Preobrazhensky La casa donde nació L. N. Tolstói
P.Preobrazhensky

Sin embargo, la pérdida más trascendental ocurrió en el otoño de 1854. El investigador Andréi Zorin, en su monografía La vida de Lev Tolstói, señala que Tolstói, que en aquel momento servía en el ejército, obtuvo un permiso y dejó su regimiento para no volver jamás. Antes de partir a San Petersburgo, confesó en su diario que había perdido en cartas una suma inconcebible. Para saldar la deuda, tuvo que pedirle a su hermano que vendiera la casa en la que había nacido, en la finca de Yásnaia Poliana. La casa fue desmontada y trasladada a la propiedad de un terrateniente vecino, Gorójov. Los 55 años restantes de su vida Tolstói los pasó en una de las dos alas de la hacienda familiar.

Los descendientes del escritor, sin embargo, defienden otra versión sobre la pérdida de la casa. Según ellos, la casa de tres pisos había sido vendida anteriormente porque Tolstói no tenía medios para su mantenimiento y reparación. Los 5.000 rublos en papel moneda obtenidos por la venta fueron depositados en la Oficina de Beneficencia Pública para su conservación. Durante ese tiempo, Tolstói y un grupo de oficiales del ejército planeaban publicar una revista para soldados. No obstante, el gobierno prohibió el proyecto, por lo que Tolstói utilizó ese dinero para pagar su deuda de juego.

Sea como fuere, el hogar ancestral, en esencia, fue despilfarrado en la mesa de cartas.