Estos holandeses sirvieron noblemente a Rusia
Si los alemanes del Imperio Ruso se dedicaban a la política y la guerra y los italianos a la arquitectura, los holandeses, como marinos natos, trabajaron para transformar el país en una superpotencia marítima.
Franz Timmerman, compañero del zar Pedro el Grande, estuvo detrás de la primera flota regular rusa de vela. Enseñó marinería al monarca, se ocupó de la entrega de materiales para la construcción de barcos en el país y atrajo a los mejores carpinteros de ribera extranjeros.
El oficial naval holandés Jan Hendrik van Kinsbergen entró al servicio de Rusia en 1771 e inmediatamente se encontró en plena guerra contra los turcos. Como comandante de la escuadra de la flotilla de Azov, este holandés obtuvo resonantes victorias en las batallas de Balaclava y Sudzhuk-Kale, que causaron verdadera admiración de la emperatriz Catalina II.
Login Heiden, otro oficial de la flota holandesa, se distinguió al servicio de Rusia en las guerras contra Suecia y Francia. Sin embargo, el mejor momento del comandante naval fue la Batalla de Navarino contra la flota combinada turco-egipcia, que tuvo lugar el 20 de octubre de 1827.
La escuadra de Heiden no sólo resistió el ataque principal del enemigo, sino que acabó derrotando su flanco central y derecho. El triunfo en Navarin desempeñó un papel clave en el éxito del movimiento de liberación griego y el holandés se convirtió así en un héroe nacional no sólo en Rusia, sino también en Grecia.
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