El voraz apetito sexual de Catalina la Grande, ¿leyenda o realidad?
Antes de empezar hay que aclarar una cuestión. Catalina la Grande fue la monarca rusa con más favoritos oficiales y no oficiales y muchos de ellos influían en la vida política del país. Su reinado fue el apogeo del favoritismo en Rusia. Los escogidos usaban su posición para controlar el dinero; los impuestos sobre el vino, por ejemplo.
Hubo quienes consiguieron posiciones civiles y condecoraciones militares por muy pocos méritos reales y... devastaron el presupuesto del país. Once de sus “principales” favoritos la convencieron para gastar unos 93 millones de rublos en regalos y apoyo financiero para ellos mismos. En 1796 los ingresos fiscales anuales del Imperio ruso eran menos de 50 millones de rublos. Queda claro el gran alcance del favoritismo y cuál era el principal inconveniente para el país.
Hay historiadores que no han dejado de especular sobre las leyendas de dormitorio de la Emperatriz. Pero, ¿son ciertas todas las leyendas sobre su apetito sexual?
Leyendas
La más desagradable de todas es la que dice que Catalina la Grande murió de una hemorragia interna después de tener sexo con un semental. Esto es simplemente inimaginable. Catalina la Grande murió en su baño y probablemente tuvo un derrame cerebral que la paralizó parcialmente antes de su muerte. ¿Pero de dónde viene la historia?
Un pseudo-historiador polaco Kazimierz Waliszewski (1849-1935), que escribió principalmente sobre la historia rusa, escribió esta historia en su libro El romance de una emperatriz": Catalina II de Rusia, publicado en 1900. Nadie pudo crear una historia como esta en el siglo XVIII.
Otra leyenda cuenta cómo era la “habitación privada” que Catalina ordenó que se construyera para sus citas con su último amante, el joven Platón Zubov de 22 años. Supuestamente, los muebles de esta habitación estaban decorados con genitales masculinos y femeninos. En 2017 se vendió en Sotheby´s una mesa que se dice que era de esa habitación. Sin embargo, no hay registros o pruebas de la existencia del cuarto.
Por qué Catalina y su esposo Pedro III no se llevaban bien
El historiador ruso Konstantín Pisarenko escribe que cuando Sofía de Anhalt-Zerbst, de 16 años, se convirtió en la prometida de Pedro Fiódorovich, el heredero del trono ruso, era muy juguetona y despistada. Le encantaba la fiesta y esperaba una vida espléndida en Rusia como la Gran Duquesa Catalina. Pero Pedro no le prestó mucha atención. Se negaba a pasar tiempo con ella, jugando a los soldados de juguete en sus habitaciones; al mismo tiempo, coqueteaba con las damas de compañía abiertamente. Incluso antes del matrimonio oficial, Pedro contrajo el sarampión y tenía un aspecto “terrible”, en palabras de la propia Catalina. Después de eso, lo único que Catalina sentía por su arrogante marido era asco.
Desgraciadamente Pedro tenía razones para su difícil carácter. Quedó huérfano a los 11 años, tras fallecer su padre Carlos Federico, duque de Holstein-Gottorp. Pedro se crió en el rancio ambiente de la campiña alemana, en casa de Adolfo Federico, que fue nombrado administrador del distrito de Holstein-Gottorp durante la infancia de Pedro. Se crió en una atmósfera de severa austeridad y sus tutores eran militares que a menudo lo golpeaban y humillaban. A menudo lo azotaron desnudo y en público. Esta práctica, obviamente, hizo mella en él. Aunque a Pedro le encantaban los ejercicios militares- le gustaban las marchas y las armas- temblaba y se estremecía al oír el sonido de los cañones, incluso siendo emperador.
Según lo que se cuenta de la noche de bodas, el 22 de agosto de 1745, el Gran Duque Pedro no tuvo relaciones sexuales con su esposa, lo que al parecer minó moralmente a Catalina. Se habla de diferentes razones sobre su impotencia: una fimosis o el sarampión. La situación no mejoró para Catalina y ya en 1752 Catalina tuvo su primer amante, Serguéi Saltikov, miembro de una vieja familia aristocrática. La historiadora Olga Eliséieva argumenta que fue la propia Emperatriz Isabel de Rusia la que decidió que Saltikov debía convertirse en un amigo íntimo de Catalina, en caso de que Pedro fuera infértil. Pero tras una operación de fimosis Pedro fue capaz de concebir un hijo con Catalina. Así nació Pável en 1754. Pero esto no significó que comenzara a tratar mejor a Catalina y lo cierto es que no tenían prácticamente ninguna vida matrimonial normal.
Lo que es cierto sobre la vida privada de Catalina
A mediados de la década de 1750, Catalina comenzó a tener relaciones extramatrimoniales de manera regular. Ella misma lo “vicio” en las cartas que escribió a Grigori Potemkin, su amante más favorito. En 1774 escribió: “Dios sabe que no es por inmoralidad... pero si pudiera tener un marido en mi juventud al que pudiera amar, nunca cambiaría [mi actitud] con él. Pero mi corazón no podría descansar ni una hora sin amor..."
Catalina tuvo más de 21 amantes. Potemkin lo fue entre 1774 y 1776 y fue en el que más confió. En 1775 incluso tuvieron una ceremonia de boda secreta. Catalina respetaba a Potemkin como un fuerte líder militar y político y mantuvieron relaciones después de que su romance terminara (hay relatos de que las relaciones sexuales entre Potemkin y Catalina continuaron hasta la muerte de este). A partir de 1776 Potemkin dio por bueno a muchos de sus siguientes amantes y favoritos, ya que a menudo salvaguardaban los intereses de Potemkin.
Probablemente es cierto que las damas de compañía “probaban” a sus potenciales amantes antes que ella, como aparece en la serie de HBO Catalina la Grande, pero es muy poco probable que participara en una orgía. Y es que siempre hubo una brecha insalvable entre la Emperatriz y todos los demás.
Además de Pável, Catalina tuvo varios hijos. Anna, nacida en 1757, fue reconocida oficialmente como su hija por Pedro III, pero él dudaba abiertamente de su paternidad. Anna vivió solo dos años. Es muy probable que su padre fuera Stanisław August Poniatowski (1732-1798), más tarde rey de Polonia.
Alexéi Bobrinsky (1762-1813) fue el hijo que Catalina tuvo con Grigori Orlov. Nació en secreto y fue entregado a Shkurin, un criado de Catalina, para que lo criara. A los 18 años, Alexéi fue enviado a estudiar en el extranjero durante cuatro años y luego le dieron propiedades en Rusia. Viajó mucho durante su vida y se convirtió en científico.
Se rumoreaba que al menos otras cuatro chicas eran hijas de Catalina, pero hay fuentes fiables para confirmar la veracidad de estos rumores.
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