
Cómo un director soviético filmó una película sobre México

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Tenía que regresar a su casa, a la Unión Soviética, pero, de pronto, los planes cambiaron. Le propusieron a Eisenstein rodar una película sobre México. La financiación se consiguió rápidamente gracias al escritor Upton Sinclair. Al proyecto se sumaron los artistas mexicanos David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, y el autor de El financiero y Una tragedia americana, Theodore Dreiser. Finalmente, el trabajo comenzó a marchar.
El rodaje de ¡Que viva México! se desarrolló por todo el país: según la idea del director, la película debía contar la historia de la nación desde los tiempos más antiguos hasta la década de 1930. Pero, de forma abrupta, la política se interpuso: las autoridades soviéticas consideraron que una ausencia tan prolongada de su patria era una traición y una deserción. Eisenstein regresó urgentemente a Moscú, y el material filmado fue enviado a Estados Unidos. El director no llegó a verlo nunca más: las cintas llegaron a la Unión Soviética recién en la década de 1970, tras la muerte del autor. En 1979, Grigori Alexándrov (para entonces un consagrado director, autor de las famosas La alegre muchacha, La primavera y El circo), utilizando las notas y los dibujos de Serguéi Eisenstein, y siguiendo su plan original, montó la película sobre México.