10 obras de arte público de artistas rusos en el extranjero
Las obras de artistas rusos no sólo se encuentran en museos y salas de exposiciones de todo el mundo, sino también en parques, plazas y otros espacios públicos.
Zukclub, "Mind gap". Tulum, México
La asociación Zukclub es muy conocida en Moscú por sus murales: retratos de escritores y poetas famosos que los artistas realizan en las fachadas de edificios residenciales. Pero para la residencia de artistas de Tulum (México), Serguéi Ovseikin y el arquitecto Kirill Kostéiev crearon un objeto artístico con forma de nave espacial llamado "Mind gap" en plena selva. El platillo volante metálico de cuatro metros decorado con un brillante dibujo es un "objeto volador de más de 900.000 años de antigüedad", en el que el homo antecessor, "la gente anterior a nosotros", pudo haber llegado a la Tierra.
Román Yermakov, "La paloma". Buenos Aires, Argentina
En una de las entrevistas Román Yermakov dijo que el arte público es imposible sin un diálogo con el público. Cuando una obra de este tipo empieza a cambiar ligeramente el espacio que la rodea, "a crear un código único de la zona", significa que el artista ha cumplido su tarea. En 2020 apareció en Buenos Aires, en Palmira Estudios, una conmovedora paloma, una escultura de tierno color azul. Según admitió el propio artista, era la primera obra para la que no había hecho bocetos.
Andréi Filippov, "Sierra". Tesalónica, Grecia
El artista Andréi Filippov concibió el proyecto "Sierra" tras la demolición del Muro de Berlín. En 2006 lo realizó en la exposición Modus R de Miami, y un año después en la primera Bienal de Arte Contemporáneo de Salónica. Una hoja de sierra de acero con enormes dientes crece literalmente del suelo: es la frontera entre el Este y el Oeste y el enfrentamiento entre los bloques capitalista y socialista.
Serguéi Katran, "Diálogo neobabilónico". Etretat, Francia
Más de 150.000 plantas crecen en los antiguos jardines de Etretat. En 2015 se complementaron con arte moderno: el vasto espacio verde se transformó gracias a la coleccionista Marina Lébedeva y los arquitectos paisajistas Alexánder Grivko y Mark Dumas. Paseando por las callejuelas de los jardines, se puede ver la "Concha" de Alena Kogan y las esculturas de terracota "Diálogo neobabilónico" de Serguéi Katran. Estas últimas son una encarnación visual de la onda sonora que se produce al pronunciar la palabra "arte" en distintos idiomas.
Aristarj Chernishev, "UserPic". Lucerna, Suiza
Esta videoescultura es el resultado de un experimento con textura 3D y tecnología LED RGB. El propio artista califica esta obra como un monumento al avatar del usuario. Su constante mutabilidad encarna la imagen que la gente quiere presentar en las redes sociales. Los invitados al parque de arte La collection' Air del hotel Chateau Gütch de Lucerna, donde se encuentra la obra, pueden contemplar la imagen que aparece en esta "tira de Mebius". En el parque y el hotel hay otras obras de autores rusos, como las de Nikolái Polisski, Ani Zhelud y AES+F.
Ilyá y Emilia Kabakov, "El observador", Castello di Ama, Italia
La finca Castello di Ama no sólo produce vino desde hace décadas, sino que también alberga obras de artistas contemporáneos. Escondida en la antigua casa del jardinero se encuentra “El observador”, de Ilyá y Emilia Kabakov. Se puede ver lo que hay detrás de sus paredes a través de un telescopio desde la casa del amo: el ocular muestra ángeles y personas conversando en la mesa.
Adil Aliyev, "El violinista Néstor". Isla de Lintusalo, Finlandia
Cerca del cruce en ferry de la isla de Lintusalo, en el lago Saimaa, se puede ver a un músico sentado en un peñasco tocando un violín para una foca anillada que se asoma fuera del agua. Esta escultura del artista Adil Aliyev apareció aquí en 2019. Se inspiró en la historia del herrero local Néstor Riponen. Vivió aquí entre 1912 y 1986 y era, entre otras cosas, un buen músico y tocaba bien el violín, la armónica, el acordeón y la mandolina. Un día Néstor se dio cuenta de que una foca anillada de Saimaa venía a escucharle, un caso excepcional, ya que se considera un animal poco común.
Víktor Poliakov, "Éxodo". Shenzhen, China
Víktor Poliakov trabaja en la intersección de diferentes géneros, creando esculturas cinéticas en las que la luz y el movimiento se convierten en protagonistas. En 2015 creó la figura ‘Éxodo’ para la Nueva Galería Tretiakov. Se dedica a proyectar sombras sobre la fachada del museo, convirtiéndolo en un objeto de arte. Hace unos años, una nueva versión de esta obra apareció en una plaza de Shenzhen (China). La escultura cinética de seis metros consta de cuatro elementos que se mueven independientemente y proyectan reflejos multicolores sobre el espacio circundante.
Nikolái Polisski, "Raíces del Loira". Blois, Francia
Las obras del principal artista ruso de land-art parecen haber estado siempre allí donde se instalan. Hay un objeto de Polisski en el territorio del Chateau Chaumont sur Loire, construido por Diana de Poitiers en los alrededores de Blois, donde se celebran regularmente festivales de jardinería. En la exposición permanente se encuentra "Las raíces del Loira", una obra de raíces de álamo tejidas.
Adil Aliyev, "Me gustaría ir al cielo". Yiwu, China
El escultor creó la primera obra de esta serie a los 16 años: representó a Gagarin no como un conquistador del espacio, sino como un niño que sueña con viajar a estrellas lejanas.
Desde entonces, Napoleón, Kutúzov, Suvorov y otros personajes han aparecido en la serie. Aliyev trabajó durante 15 días en una figura de 6 metros para el parque Futian Wet Land de la ciudad china de Yiwu: un niño con una camiseta estirada y una olla arrugada en lugar de casco mira hacia arriba, acompañado de dos alegres perros.
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