10 cosas sobre el ‘jolodets’ que explican por qué los rusos lo adoran (FOTOS)
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1. La gelatina se forma de manera natural
Para un jolodets auténtico no se necesita más que carne y caldo. No hace falta añadir gelatina ni agar-agar. El jolodets es, en esencia, carne cocida en un caldo hecho con huesos y cartílagos, que al enfriarse se convierte en gelatina natural.
2. Preparar ‘jolodets’ lleva todo un día
Para que quede sabroso y con buen aspecto, el caldo debe ser claro. El secreto es una cocción muy lenta: el caldo no debe hervir con fuerza, solo temblar suavemente. Si se cocina a fuego alto, se enturbia y las proteínas se coagulan. Es importante retirar constantemente la espuma con una espumadera.
El caldo suele cocerse durante 6 o 7 horas, y luego tarda casi lo mismo en solidificarse.
3. Se menciona por primera vez en el siglo XVI
No se sabe con certeza quién inventó el jolodets. Algunos historiadores creen que nació en el norte de Rusia, otros piensan que proviene de pueblos nómadas del norte, y otros que tiene origen europeo.
Sea como fuere, un plato llamado studen (nombre antiguo del jolodets) aparece ya en el Domostrói del siglo XVI, un manual de normas domésticas. En esa época se consideraba comida campesina sencilla, aunque también era apreciado por los zares: se sabe, por ejemplo, que se servía en los almuerzos de Pedro I.
4. Es bueno para las articulaciones
Contiene vitaminas del grupo B (especialmente B12 y B3), hierro, magnesio, potasio, sodio, cobalto, lisina, glicina y fósforo. Pero, sobre todo, contiene colágeno, beneficioso para la piel y las articulaciones. Y todo ello sin químicos.
5. Era un plato festivo
Dado que requiere tiempo y esfuerzo, tradicionalmente se prepara en casa para las fiestas. En las familias actuales, el jolodets suele servirse en la cena de Año Nuevo, junto con la ensalada Olivier (rusa) y el arenque bajo abrigo de piel. Hoy en día, sin embargo, puede comprarse en tiendas durante todo el año.
6. Se come solo frío
El nombre del plato viene de la palabra rusa jolod, que significa “frío”. Aunque se prepara en caliente, se come únicamente cuando se ha enfriado. La peor desgracia para un jolodets es el calor: a temperatura ambiente empieza a derretirse y pierde su forma.
7. Se sirve mejor con mostaza y rábano picante
Olvida el kétchup y la mayonesa. La mostaza y el rábano picante son los acompañamientos perfectos para el jolodets. Además del sabor, ayudan a prevenir los primeros síntomas del resfriado y mejoran el metabolismo.
8. Rusia celebra el “Día del jolodets”
Antiguamente, el jolodets se preparaba a finales del otoño e invierno, desde finales de noviembre, cuando comenzaba la temporada de carne. Y hace algunos años, este plato incluso obtuvo su propia festividad: el Día del jolodets, que se celebra el 7 de noviembre. ¡Otra excusa más para probarlo!
9. ‘Jolodets’, ‘studen’ y ‘zalivnóye’ no son exactamente lo mismo
Aunque a menudo se usan como sinónimos, hay diferencias. En el zalivnóye se utiliza gelatina o agar-agar, y puede prepararse también con pescado. El studen, en cambio, es el antiguo nombre del jolodets: un plato más simple, con caldo turbio, hecho normalmente solo con carne de cerdo. El jolodets puede hacerse con distintos tipos de carne, como cerdo y ternera, pero su caldo debe ser siempre transparente.
10. No solo se come en Rusia
Otras cocinas también tienen sus versiones de carne en gelatina. En Francia existe la galantine, carne en gelatina con verduras y huevo; también el aspic, pollo con verduras en gelatina. En Alemania, se prepara la sülze, una especie de studen en forma de embutido.