Impresionantes instantáneas de la riviera soviética a través del objetivo de un fotógrafo belga
Carl De Keyzer es un reconocido fotógrafo belga que documentó los últimos años de la Unión Soviética.
A finales de la década de 1980, el líder soviético Mijaíl Gorbachov puso en marcha las políticas de glasnost y perestroika. Para los fotógrafos internacionales, significaba que la URSS, que antes era una sociedad estrechamente vigilada, empezaba a abrirse gradualmente.
A los reporteros occidentales se les permitió venir a la Unión Soviética para trabajar. Por suerte para ellos, estos años también representaron un momento histórico. En pocos años, la Unión Soviética se derrumbaría y Rusia emergería como un nuevo país independiente. Los pocos fotógrafos afortunados que pudieron acceder al país a finales de la década de 1980 produjeron un importante conjunto de obras, capturando el espíritu único del imperio soviético en decadencia.
Carl De Keyzer visitó la Unión Soviética doce veces en el espacio de un año, de agosto de 1988 a agosto de 1989. Trabajando en un proyecto llamado ‘Homo Sovieticus’, el fotógrafo visitó Sochi, una ciudad en la costa del mar Negro y un popular destino turístico dentro de la Unión Soviética.
Iósif Stalin hizo construir una de sus residencias favoritas en la ciudad, que se convirtió en uno de los centros turísticos más de moda del país. Tras el colapso de la Unión Soviética, Sochi se convirtió en el lugar de veraneo más popular de Rusia.
En 1988, el fotógrafo retrató a los soviéticos que se relajaban a la orilla del mar, tomando el sol y divirtiéndose en general, ajenos al hecho de que sus vidas cambiarían para siempre en pocos años.
Carl De Keyzer fue capaz de captar el espíritu único de esta isla soviética de tranquilidad conservada en medio del obsoleto sistema soviético que estaba a punto de enfrentarse a su inminente colapso.
La obra de Carl De Keyzer representa a Sochi como un lugar al que la gente acude para escapar de los quehaceres diarios y de los problemas de la vida cotidiana. Aunque en blanco y negro, las fotografías de Carl De Keyzer parecen captar el calor que emana del sol, el mar y las playas de Sochi.
La gente suele posar en bañador, tomando el sol en la playa o en lugares inesperados, por ejemplo, junto al aparcamiento o en una escalera de hormigón calentada por la luz del sol.
Las fotografías retratan inequívocamente el ambiente veraniego: los jóvenes aparecen vigorosos y los ancianos, vibrantes, con el reluciente mar Negro como telón de fondo.
Aunque la Unión Soviética se derrumbara en pocos años, el complejo turístico no desaparecería. Año tras año, los rusos acuden a Sochi en busca del mismo ambiente veraniego.
Han pasado años desde que Carl De Keyzer terminó su proyecto en la URSS, así como la parte relacionada con Sochi. Desde entonces, la ciudad se ha desarrollado como una popular estación de verano y de invierno, e incluso fue sede de los XXII Juegos Olímpicos de Invierno en 2014.
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