Mercedes, Ford, ¿quién era propietario de automóviles extranjeros en la URSS? (Fotos)
Aunque todo el mundo soñaba con tener un coche privado en la Unión Soviética, pocos podían permitirse comprar uno. Los autos, en general, eran caros y el proceso de adquirir uno era muy difícil.
Los vehículos fabricados en el extranjero se importaban a la Unión Soviética por varias razones. En los primeros años de la posguerra, hubo una afluencia de automóviles fabricados en el extranjero, que llegaron a la URSS como botín de guerra.
El Mercedes W143 es un ejemplo de ello. Producido en Alemania a finales de 1930, algunos de estos autos llegaron a la Unión Soviética después de que terminó la Segunda Guerra Mundial. El Mercedes W143 también se popularizó en la serie de espías soviética Diecisiete momentos de primavera (1973).
En su mayoría, los automóviles extranjeros que se comercializaban dentro de la Unión Soviética eran de se, porque era casi imposible que alguien en la URSS comprara un automóvil extranjero nuevo en el extranjero. Sin embargo, como mencionamos al principio, hubo algunas excepciones notables.
El primer hombre en el espacio, Yuri Gagarin, era dueño de un cupé deportivo Matra Djet, que fue un regalo de la compañía aeroespacial francesa Matra. El elegante automóvil fabricado por la empresa de fabricación de automóviles René Bonnet era único y despertó la curiosidad del pueblo soviético, que se reunía en pequeñas multitudes para mirar el automóvil de cerca.
Para la mayoría de los soviéticos, comprar un automóvil nuevo en el extranjero era un lujo que no podían permitirse. Pero algunos podían darse el lujo de comprarlos de segunda mano a pesar de los altos precios.
El cantante y actor soviético Vladímir Visotski tuvo tres autos fabricados en el extranjero durante su vida.
La actriz francesa Marina Vladi, que era la esposa de Visotski, compró un Renault 16TS para su esposo. Desafortunadamente, Visotski estrelló el auto casi instantáneamente y regresó a Francia, donde fue reparado y vendido.
Después de que se vendiera, el cantante soviético compró dos modelos BMW 2500v SST mientras estaba de gira en Alemania. Visotski compró dos automóviles del mismo modelo, porque necesitaba uno para las piezas de repuesto, ya que era imposible encontrarlos disponibles en la URSS.
Finalmente Visotski compró el Mercedes-Benz 450 SEL W116, que se produjo en 1974. El automóvil era extraordinario para los estándares de su época: estaba equipado con ABS, suspensión neumática, transmisión automática y un motor de 6.9 litros capaz de producir 286 caballos de fuerza
Visotski había estado conduciendo esta rareza en las calles de Moscú hasta finales de 1979 cuando él también la estrelló. Posteriormente, el coche fue reparado y vendido en el extranjero.
Después de que se vendiera, el cantante soviético compró dos modelos BMW 2500v SST mientras estaba de gira en Alemania. Visotski compró dos automóviles del mismo modelo, porque necesitaba un automóvil para servir como donante de repuestos, ya que era imposible encontrar repuestos disponibles para el automóvil en la URSS.
Finalmente Visotski compró el Mercedes-Benz 450 SEL W116, producido en 1974. El automóvil era extraordinario para los estándares de su época: estaba equipado con ABS, suspensión neumática, transmisión automática y un motor de 6.9 litros capaz de producir 286 caballos de fuerza
Visotski estuvo conduciéndolo en las calles de Moscú hasta finales de 1979, hasta que tuvo un accidente. Posteriormente, el coche fue reparado y vendido en el extranjero.
La gente soviética corriente (aunque los pocos que ganaban mucho dinero) podían comprar coches usados fabricados en el extranjero sin tener que ir necesariamente fuera del país. Cuando los diplomáticos, empresarios y periodistas extranjeros abandonaron la Unión Soviética, pudieron vender sus automóviles dentro de la URSS a través de la Oficina Especial del Cuerpo Diplomático de la Unión Soviética.
Para comprar esos autos, los ciudadanos soviéticos necesitaban mucho dinero (ganado legalmente y debidamente declarado) y, lo que es igual de importante, las conexiones correctas, las personas que pudieran facilitar la compra.
Este Ford Taunus 17M fue uno de esos autos.
Aunque es imposible decir quién era exactamente el dueño de estos exóticos autos, hay fotos de algunos modelos equipados con placas soviéticas.
Aquí se ven el Land Rover, el BMW 321 y el Chevrolet Styleline en las carreteras soviéticas.
Se sabe que Viktor Louis, un periodista en la nómina de la KGB, fue dueño de este raro Porsche 911 en la URSS.
El oceanólogo soviético Alexánder Vershinski trabajó para restaurar este Porsche 914 y lo condujo después.
Un entusiasta de los automóviles soviético compró un Buick Riviera GS a un diplomático extranjero después de un accidente de tráfico, lo restauró y luego lo exhibió en las calles de Moscú.
En la década de 1970, algunos automóviles japoneses llegaron a la URSS. Este Datsun Cedric es uno de esos ejemplos.
El principal problema de poseer automóviles de fabricación extranjera en la Unión Soviética, además del alto precio, era el déficit de repuestos y, por lo tanto, los altos costos de mantenimiento. Reparar automóviles extranjeros en la URSS podría costar tanto como un sueldo de ciudadano soviético de varios meses. Una vez más, esos no eran los ciudadanos soviéticos que podían permitirse conducir Porsches, Land Rovers u otros modelos exóticos en las calles de la URSS.
Como resultado, los automóviles extranjeros en las carreteras soviéticas fueron más bien una excepción y no la regla. Tras el colapsó en 1990 se abrieron las puertas y llegaron muchos más modelos.
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