Así lucharon los alemanes por la URSS en la Segunda Guerra Mundial

Foto de archivo
Foto de archivo
Más de 33.000 alemanes servían en el Ejército Rojo en el momento de la invasión de la ‘Wehrmacht’. En su mayoría eran descendientes de colonos que se habían establecido en el Volga en el siglo XVIII.

Además de Telegram, Puerta a Rusia difunde contenidos en su página de VKontakte. ¡Únete a nosotros!

La propaganda soviética recalcaba de forma ostentosa la diferencia entre los nazis y “nuestros alemanes”, publicando artículos sobre sus hazañas (y hubo muchas).

Por ejemplo, la fortaleza fronteriza de Brest fue defendida heroicamente por el comandante del 125º regimiento de fusileros, mayor Alexánder Dulkait; el teniente coronel del servicio médico Erich Kroll; y el sargento mayor Viacheslav Meyer.

Foto de archivo Alexánder Dulkait; Viacheslav Meyer.
Foto de archivo

La 153ª división de fusileros, al mando del coronel Nikolái Hagen, contuvo al enemigo durante una semana en las afueras de Vítebsk, quedó cercada, pero logró abrirse paso hasta sus propias líneas. Fue una de las primeras en recibir el título de “Guardias” y su comandante fue condecorado con la Orden de Lenin.

Foto de archivo Nikolái Hagen
Foto de archivo

El artillero antiaéreo Heinrich Neumann derribó cuatro bombarderos enemigos y mereció una reseña en el periódico Komsomólskaya Pravda.

Sin embargo, el avance de la Wehrmacht hacia el interior de la URSS también cambió la actitud del gobierno hacia los alemanes soviéticos, que comenzaron a ser vistos como potenciales colaboradores de los nazis.

A finales de agosto de 1941 comenzó la deportación masiva de los alemanes del Volga hacia el interior del país. A los militares de nacionalidad alemana se les retiraba del ejército y se les enviaba a trabajos de construcción en la retaguardia. Muchos protestaron y reclamaron el derecho a permanecer en las filas.

Al mismo tiempo, decenas de soldados nazis pasaban al bando soviético y luchaban en destacamentos partisanos. Su conocimiento del idioma era extremadamente valioso y a menudo se les encargaba organizar emboscadas y sabotajes.

Foto de archivo Fritz Schmenkel
Foto de archivo

El más famoso de estos desertores fue el cabo de la Wehrmacht Fritz Paul Schmenkel, capturado y ejecutado por los nazis como traidor en 1944. Veinte años después, se le concedió póstumamente el título de Héroe de la Unión Soviética.

<