¿Quién era Demetrio Nastchokine, el descendiente de nobles rusos que murió trágicamente en Argentina?

Dominio público Galería de arte Casa de Nashchokin en Moscú; retrato de Pável Nashchokin
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Un trágico accidente doméstico en Buenos Aires se cobró la vida de Demetrio Nastchokine y de cuatro de sus familiares más cercanos. El hombre, profundamente vinculado a la historia y la cultura rusas, había encontrado en Argentina su patria adoptiva.

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El pasado 1 de julio, Demetrio Nastchokine falleció a los 79 años, junto con su esposa Graciela Leonor Just (73), su hijo Andrés de Nastchokine (43), la pareja de este, Marie Camille Lalanne (40), de nacionalidad francesa, y su hija de 4 años.

Las cinco víctimas perdieron la vida a causa de una intoxicación por monóxido de carbono en su domicilio de la calle Sanabria, en Buenos Aires. La noticia conmocionó no solo al vecindario, sino también a la colectividad rusa en Argentina, que conocía a la familia Nastchokine y su historia.

Una familia con raíces nobles rusas

Dominio público Pável Nashchokin
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Demetrio Nastchokine descendía de una antigua familia noble del Imperio ruso. A lo largo de más de seis siglos, sus antepasados se destacaron como militares y diplomáticos, con una profunda vocación cívica y formadora. La historia familiar se remonta a 1327, cuando un servidor del zar recibió un tajo de espada en el rostro combatiendo el yugo tártaro. Aquel acto de valor le valió a los Nashchokin (según la transcripción moderna del apellido) el ingreso a la nobleza rusa.

En el siglo XIX, uno de sus miembros más célebres fue Pável Nashchokin, reconocido mecenas, coleccionista y amigo íntimo del poeta Alexánder Pushkin. Su casa, ubicada en el centro histórico de Moscú (pereúlok Vorotnikovski, 12, edificio 1), aún se conserva y está declarada patrimonio cultural de importancia federal.

Dominio público Galería de arte Dom Nashchokina (Casa de Nashchokin)
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Durante años, ese edificio albergó la galería de arte Dom Nashchókina (la Casa de Nashchokin), que más tarde se trasladó a otra sede, conservando el nombre. Demetrio se enorgullecía de este legado. En una entrevista concedida en 2011 al medio Russia Beyond (hoy Puerta a Rusia), comentaba: “En el centro histórico de Moscú hay una calle que lleva el nombre de nuestra familia, y todavía está la casa que perteneció al famoso Pável Nastchokine, íntimo amigo del gran poeta Pushkin”.

'Argentina es nuestra patria adoptiva'

Aunque sentía un profundo vínculo con Rusia, Demetrio también valoraba la tierra que lo acogió: “Argentina es nuestra patria adoptiva: nos dio paz y educación. Aquí vivimos muy bien”, afirmaba con gratitud.

Como muchos nobles rusos, su familia huyó tras la Revolución de 1917, pasando por Yugoslavia y Bélgica, donde nació Demetrio en 1946. En 1948 desembarcaron en Argentina y, como tantos inmigrantes, pasaron por el Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires. Luego alquilaron dos habitaciones en una antigua casona del barrio de Villa Devoto, que con el tiempo terminaría siendo su hogar definitivo.

La fábrica Magnífico: juguetes con historia

Su padre, Vladímir Nastchokine, fundó en 1953 la fábrica de juguetes Magnífico, inspirada en modelos belgas. Compitió con los clásicos soldaditos de plomo, elaborando figuras de papel maché y luego de plástico, cuidadosamente diseñadas conforme al Reglamento de Uniformes del Ejército R.R.M.44 (1947).

La producción incluía figuras de granaderos, gendarmes, infantería de montaña, gauchos, pueblos originarios, e incluso próceres como Manuel Belgrano o José de San Martín. Las piezas no solo fomentaban el juego, sino que tenían un valor educativo e histórico.

Este enfoque llamó la atención de la Fundación Eva Perón, que adquirió grandes partidas de juguetes para hogares, escuelas y jardines de infantes, apoyando así el proyecto familiar como parte de su labor social.

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