
Cuando la emperatriz María Fiódorovna organizaba divertidos bailes de disfraces (Fotos)

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El gran duque Serguéi Alexándrovich escribía sobre ellos con entusiasmo: “Giraban y se desataban sin fin. Al final, corrían y luego caían exhaustos en las sillas, solo para volver a saltar por el salón un poco después”. Los bailes de disfraces se distinguían no solo por su lujo, sino también por la creatividad con la que la emperatriz los concebía.

En el invierno de 1888, se celebró un “Baile Verde” en el Palacio de Invierno. Las invitadas vestían trajes blancos, amarillos, rojos y rosados, y exclusivamente llevaban esmeraldas. Las damas, que parecían exóticas aves de colores, daban vueltas mientras bailaban del Salón de Nicolás, decorado para la ocasión con grandes macetas de palmeras.

Un año después, se hablaba de otro baile organizado por María Fiódorovna, no solo en San Petersburgo. Las damas, vestidas exclusivamente de negro y adornadas con diamantes, se reunieron en el Palacio Ánichkov. El peculiar código de vestimenta se dio a conocer solo unos días antes del evento. Poco antes, había ocurrido una tragedia: el príncipe heredero de Austria, Rodolfo, se había suicidado. Contra la tradición, la familia imperial rusa no canceló el baile…por venganza. Cuando el gran duque Nikolái Alexándrovich (heredero al trono y con quien María Fiódorovna iba a casarse) murió en 1865, la corte austríaca no declaró luto y organizó un baile espléndido. Un año después, ella se casó con su hermano menor, Alexánder Alexándrovich, el futuro Alejandro III.

En 1914, María Fiódorovna celebró un baile blanco para dos debutantes: sus nietas, las grandes duquesas Tatiana y Olga. Por primera vez en veinte años desde la muerte de su esposo, se sumergió en un alegre ajetreo y recreó el último baile que él presenció en vida, en 1894: las parejas giraban con las mismas danzas, e incluso el menú incluía los mismos platos que entonces.
