Esta ciudad fue la única ‘ventana’ de Rusia a Europa durante siglos
Hoy, Rusia está bañada por 13 mares. Sin embargo, no siempre fue así. En el siglo XVI, el país sólo podía acceder directamente al océano Ártico y libró una dura batalla para establecer algún tipo de presencia en el mar Báltico. Era casi imposible comerciar con Europa Occidental en esas condiciones, algo que era absolutamente necesario para el desarrollo continuado de Rusia.
En 1581, durante la Guerra de Livonia, las fuerzas suecas capturaron Narva, el único gran puerto ruso en la costa del Báltico. A Iván IV no le quedó más remedio que mirar hacia el norte. Para entonces, los comerciantes ingleses ya habían trazado una ruta hacia los asentamientos rusos en las costas del mar Blanco; sin embargo, había muy pocos muelles locales para que el comercio fuera efectivo y se necesitaba un gran puerto de pleno derecho.
El 4 de marzo de 1583, el zar ordenó el establecimiento de una ciudad cerca del monasterio de Mijailo-Arcágel, situado en la desembocadura del río Dvina Norte, a 30 kilómetros del mar Blanco. Al año siguiente, se construyó allí la fortaleza de Nueva Jolmogori y, a partir del siglo XVII, pasó a llamarse Arcángel. “La fortaleza se construyó con mástiles atados entre sí... con tanta habilidad que se mantienen unidos sin ayuda de clavos o cuñas y es un trabajo fantástico, aunque se hizo con la ayuda de un solo hacha; aun así, el más hábil maestro de carpintería no podría haber producido nada mejor”, escribió el comerciante francés Jean Sauvage.
Arcángel se desarrolló rápidamente como ciudad: se construyó en ella un gran muelle marítimo, así como centros de comercio para los comerciantes extranjeros, los llamados Tribunales de Huéspedes. Los británicos, holandeses y otros “alemanes” importaban telas, terciopelo, encajes, vinos, piedras preciosas, pólvora y cañones, y traían consigo trigo, carne y grasa de cerdo, marta, savia y otras mercancías. Casi todo el comercio de Rusia con Occidente en aquella época se realizaba a través de Arcángel.
Pedro I visitó la ciudad en 1693 y quedó bastante impresionado con lo que vio: la cantidad y variedad de barcos extranjeros deslumbró al joven zar. Por orden suya, se fundó el Astillero Solombal, que supervisó la construcción de la flota comercial y naval rusa. El 25 de junio de 1701, al comienzo de la Guerra del Norte contra Suecia, el enemigo intentó tomar la ciudad, pero fue aplastado en las inmediaciones de la fortaleza de Novodvinsk, que vigilaba los accesos. Esta fue la primera gran victoria rusa en esa guerra.
Al principio de su reinado, Pedro I logró mucho para el desarrollo de Arcángel, pero, al final, también fue él quien cargó con la culpa del declive de la gloria de este centro clave del comercio ruso. Después de que la marea de la guerra se decantara a favor de Rusia, los decretos del zar comenzaron a redirigir deliberadamente el flujo comercial de Arcángel a San Petersburgo, fundada en 1703. En 1718, sólo un tercio de las exportaciones pasaba por el puerto del norte; y, una vez terminada la contienda, “la ciudad del Neva” presidía prácticamente el 100% de todo el comercio con los estados occidentales.
Durante el reinado de Catalina II, Arcángel dejó de distraer por completo el desarrollo de San Petersburgo y la emperatriz levantó todas las restricciones impuestas por Pedro. Sin embargo, la ciudad no podía esperar volver a su antiguo estatus glorioso y estaba muy por detrás de la capital, así como de Riga y Reval (actual Tallin). Cuando llegó 1916, el viejo puerto cedió aún más influencia al fundarse el puerto de Múrmansk (en el mar de Barents), cuyas aguas nunca se congelaron.
Aun así, cuando se produjeron la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la navegación por los mares Báltico y Negro planteaba enormes problemas y Arcángel se había convertido en fundamental para la Unión Soviética. Desde ella se enviaban a los países aliados cargamentos de trigo, madera y otros productos básicos; y, a cambio, Rusia recibía cargamentos de armas y municiones. El primer convoy de aliado con envíos estratégicos (llamado el “Derviche”) llegó a Arcángel el 31 de agosto de 1941.
Hace tiempo que Arcángel dejó de ser el principal puerto de Rusia, y nunca cumplió el propósito de ser la “puerta del norte” del país, otorgándose el honor a Múrmansk. Sin embargo, hay un ámbito en el que nunca se quedó atrás: al igual que en el siglo XVIII, la ciudad sigue desempeñando un papel importante en el lanzamiento de expediciones científicas al Ártico.
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