¿Por qué el puente más bello de París lleva el nombre de un emperador ruso?
El Puente Alejandro III es uno de los lugares más visitados de la capital francesa y... un regalo de Rusia. Esta lujosa estructura, decorada con esculturas de ángeles, ninfas y pegasos, ofrece una magnífica vista de la Torre Eiffel, los Campos Elíseos y Los Inválidos.
La primera piedra del puente se colocó en 1896 para conmemorar la amistad ruso-francesa. Las dos potencias se esforzaban entonces por estrechar la cooperación militar y política, lo que acabó desembocando en la creación del bloque militar de la Entente.
A la solemne ceremonia de la colocación de la primera piedra del puente asistieron el emperador Nicolás II y su esposa y el presidente de la Tercera República francesa, Félix Faure. Se decidió bautizar la obra con el nombre del padre del zar ruso, el emperador Alejandro III, fallecido en 1894.
La construcción del puente corrió a cargo del Imperio ruso y se terminó en 1900, poco antes de la inauguración de la Exposición Universal de París.
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