Desmontando el mito: 'Nikolái Morózov, el soldado más viejo de la Segunda Guerra Mundial'
Desde hace varios años circula por la red el mito de que el revolucionario ruso Nikolái Morózov(1854-1946) participó en la Segunda Guerra Mundial como francotirador y fue el participante de más edad de la contienda. La fuente de este mito es difícil de encontrar, pero en el segmento ruso de Internet lo difunden no sólo los usuarios, sino también medios populares como Argumenty i Fakti o Moskovski Komsomólets.
En la Internet anglófona, el mito es muy popular: un vídeo en YouTube con un relato de la historia ha obtenido más de un millón de visitas, hay un post correspondiente en Reddit, y en la biografía de Morózov en la Wikipedia en inglés se dedica un párrafo entero a este mito.
Se afirma que Morózov "hizo un curso de francotirador en 1939... Disparó con precisión a pesar de llevar gafas, y en una ocasión pasó medio día tendido en una emboscada en la nieve antes de matar a un oficial alemán. Utilizó su formación académica para mejorar su eficacia como francotirador, estudiando la trayectoria de vuelo de sus balas y haciendo ajustes en función de la humedad y el viento. Al cabo de un mes, fue retirado del frente a pesar de sus protestas. Varios meses después, pidió sin éxito que le devolvieran al frente".
Morózov no sirvió como francotirador
En 1942, cuando supuestamente se alistó en el Ejército Rojo, tenía 87 años, de los cuales 24 (1881-1905) los pasó detenido. Nikolái padecía varias enfermedades crónicas. Todos los años de guerra los pasó en su finca de Borok, en la región de Yaroslavl.
El investigador de la biografía de Morózov, Anatoli Shikman en su libro Nikolái Morózov. Una mistificación que dura un siglo cita una carta del propio Morózov al presidente del Lengorispolkom Piotr Popkov: "A dos años de guerra, yo mismo, por permiso del Comisario de Educación, estoy en un largo viaje de trabajo científico en la Estación de Investigación de la Academia de Ciencias Borok, región de Yaroslavl, donde continúo mis estudios científicos en astronomía y geofísica, excepto el invierno de 1941-1942, pasado por mala salud en el hospital del Kremlin. El informe sobre el trabajo científico de 1943 lo presenté a tiempo ya en noviembre de 1943".
Maxim Lebski, otro investigador, envió una carta a Natalia Nósova, directora del Museo Nikolái Morózov del pueblo de Borok (actual distrito de Nekouz de la región rusa de Yaroslavl). En su respuesta, la directora confirma: "No hay documentos de archivo sobre este hecho. El museo tiene datos, recuerdos, fotos de que Morózov pasó todos los años de guerra en su finca... Sólo salió a finales de 1942 para operarse de la próstata (le enviaron un avión desde Moscú)".
El gran diletante
La verdadera biografía de Nikolái Morózov es bastante sorprendente. Hijo ilegítimo de un noble de una campesina, en su juventud, fascinado por las ideas revolucionarias, "se fue al pueblo", vivió sin propiedades, con un pasaporte falso. Pero esto fue un fracaso, los campesinos y obreros ahuyentaron al imberbe muchacho de gafas que les daba sermones sobre la libertad. Sin embargo, la policía empezó a interesarse por él. Liberado tras su primera condena de tres años en 1878, continuó su agitación revolucionaria. Tras el asesinato de Alejandro II, cuando comenzaron las detenciones masivas, fue sorprendido cruzando la frontera polaca.
Cuando Morózov fue identificado, no negó que era un "terrorista por convicción". En 1884 fue internado en la fortaleza de Shlisselburg, donde había otros 36 revolucionarios. Vivían bastante bien: se daban conferencias unos a otros, trabajaban en el taller, comían regularmente (a diferencia de la mayoría de la población del Imperio). Morózov se dedicaba a la ciencia, estudiaba química y, en su propia opinión, "había avanzado mucho en el estudio de la sustancia del universo".
Tras la revolución de 1905, Morózov fue liberado por decreto del Emperador. Dos años después se hizo famoso en San Petersburgo por casarse con la pianista Ksenia Borislávskaia, 26 años más joven que él. Esos son los años que Morózov pasó en la fortaleza de Shlisselburg, y los "restó" de su edad.
Shlisselburger, como llamaban a Morózov, se convirtió en una estrella del Petersburgo científico y literario. En 1907-1911 publicó más de 80 obras, desde libros de texto hasta poemas. Llegó a ser miembro de pleno derecho de la Sociedad Rusa de Física y Química, de la Sociedad Rusa de Astronomía y miembro honorario de la Sociedad Moscovita de Amantes de la Historia Natural. Morózov figuraba como profesor y catedrático de tantos cursos -química mundial y física, biología, astronomía- que no está claro cómo conseguía concentrarse siquiera en una asignatura.
Sin embargo, cuando Morózov se reunió con Mendeléiev en 1906 y le expuso sus puntos de vista sobre la química, éste no quedó impresionado y no aceptó sus ideas. Los trabajos matemáticos de Morózov son calificados de "diletantes" por los expertos (por ejemplo, el matemático Borís Rosenfeld).
Nueva cronología
Tras la Revolución de Octubre de 1917, Nikolái Morózov consiguió mantener su hacienda en Borok: era una cuestión de supervivencia para él. Obtuvo de las autoridades una resolución del Consejo de Comisarios del Pueblo que le concedía la finca de por vida y la exención de todos los impuestos. Durante el resto de su vida, Nikolái Morózov siguió trabajando en diversos puestos y promoviendo constantemente sus trabajos científicos, entre ellos sobre pseudocronología histórica.
Según Morózov, la historia antes del siglo I d.C. no existía en absoluto. La rueda y el hacha se inventaron en el siglo I, y el bronce y el hierro en el II. En su obra Cristo, en la que exponía estas ideas, constaba de más de 5.000 páginas y fue publicada entre 1924 y 1932 por orden personal de Dzerzhinski y con el acuerdo de Lenin y Lunacharski. Para los bolcheviques, Morózov era una leyenda viva; no querían rechazarlo. El propio Lunacharski habló así del libro de Morózov: "Personalmente, conozco el libro. Es una cosa completamente disparatada, que demuestra sobre la base de cálculos ridículos [...] que Cristo no vivió en el siglo I, sino en el V, negando sobre esta base a personas como el César y calificándolos de mitos..."
Morózov buscó un encuentro con Stalin, con la esperanza de mostrarle su trabajo sobre la cronología de Rusia, pero el líder no se reunió con Nikolái Alexándrovich ni leyó su obra. Al mismo tiempo, los aniversarios de Morózov-70 y 80 años- se celebraron con honores estatales. En 1934 fue nombrado Científico de Honor de la RSFSR. El 90 cumpleaños de Morózov se celebró en Borok, donde murió en 1946.
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