‘Sampo’, la primera película que la URSS hizo con un país occidental
Hasta mediados de la década de 1950, la cooperación entre Finlandia y la Unión Soviética en el campo del cine se limitaba a la compra de películas. Luego, los países pasaron de la mera distribución a la producción completa de sus propias películas: primero se produjo un documental sobre los residentes de Terijoki, que emigraron a Finlandia durante la guerra para visitar Leningrado y sus alrededores: Residentes de Terijoki en el istmo de Carelia.
Y la primera experiencia de coproducción artística fue un cuento de hadas basado en la epopeya Kalevala. Según la historia, un herrero eterno llamado Ilmarinen va a Pohjela, la tierra del frío eterno, a buscar a su hermana, Annika, que ha sido secuestrada por la hechicera Louhi. Lemminkäinen, su amante, le acompaña. Para rescatar a la chica de su cautiverio, los héroes tienen que cumplir las exigencias de Louhi, que, sobre todo, quiere hacerse con el molino mágico “Sampo”, fuente de felicidad y prosperidad.
Cuento de hadas con efectos especiales
El director del proyecto conjunto soviético-finlandés fue Alexánder Ptushkó, famoso maestro de las películas de cuentos de hadas, autor de Sadkó (1953), Iliá Múromets (1959) y Un cuento de tiempos perdidos (1964). El segundo director fue Holger Harrivirta. Los asesores finlandeses, la doctora en Filosofía Vinee Kaukonen y el profesor Kustaa Vilkuna, se aseguraron de que Sampo no se alejara mucho del material original.
En la película participaron actores soviéticos y finlandeses: Por ejemplo, el papel del sabio Väinämäinen fue interpretado por el actor finlandés Urho Somersalmi y el del mago por el actor ruso Georgui Miliar. El actor letón no profesional Andris Oshin, por su parte, interpretó a Lemminkäinen. El rodaje tuvo lugar cerca de Petrozavodsk, en el monte Sampo, en la orilla occidental del lago Konchozero.
La producción fue muy laboriosa: las escenas se rodaron secuencialmente, primero en ruso y luego en finés. Y se rodaron dos versiones a la vez: en pantalla ancha y en pantalla completa.
Ptushkó no sólo era un maestro de las películas de cuentos, sino también el creador de muchas producciones combinadas. En su película, las flores brotan del tacto de Annika, la capa de la bruja Louhi vuela a través del mar para agarrar a la heroína y entregarla a su ama; y, delante de una de las heroínas, aparece la silueta del camino, que el director retrató como una anciana.
El ‘Kalevala’ en Hollywood
No sólo los espectadores soviéticos y finlandeses se interesaron por la película, sino también Hollywood. El productor Roger Corman acortó Sampo en 30 minutos y la película resultante se estrenó en EE.UU. con el título: El día que la Tierra se congeló. En esta versión, sorprendentemente, los actores soviéticos no aparecen en los créditos; todos fueron “rebautizados”. Nina Anderson y John Powers aparecían en lugar de Eve Kivi y Andris Oshin, mientras que un tal Greg Sibelius figuraba como director en lugar de Ptushko y Harrivirta.
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