De Rusia con cereales: prueba el saludable 'pshennik' con frutos secos (Receta)
El pshennik fue un plato popular en la antigua Rusia, pero hoy está prácticamente olvidado. Aun así, con estos humildes ingredientes -granos de mijo, leche, huevos y frutos secos- se puede crear un postre delicioso.
En la rica variedad de la cocina rusa, donde reinan los platos contundentes y los sabores robustos, el pshennik destaca como un plato olvidado muy especial. Vladímir Dahl, un famoso lexicógrafo, lo describió como una "papilla empapada con leche y huevos".
En esencia, el pshennik es una combinación de mijo (psheno significa mijo en ruso), leche (o una mezcla de leche y agua) y huevos que se cuecen con cariño para crear una comida nutritiva. La preparación comienza con una papilla espesa a base de leche que se enriquece con huevos y se hornea para crear una apetitosa textura similar a la de las natillas. El pshennik puede adaptarse a cualquier gusto, tanto si se prefiere una versión salada con estofado, carne hervida o una mezcla de verduras, como un postre dulce adornado con pasas, albaricoques secos y ciruelas pasas. Hoy vamos a hornear esta versión dulce.
Aunque los platos festivos rusos suelen asociarse con el trigo sarraceno o el arroz, las gachas de mijo ocupan un lugar de honor en la tradición culinaria rusa. Incluso los monjes que vivían en el monasterio fortificado de Solovetski, en las islas Solovetski del mar Blanco, saboreaban este plato el primer día de Pascua. Sus festines consistían en manjares como salmón con crema agria, sopa de col de fletán y pshennik. Es justo lo que necesita un monje exhausto tras un largo ayuno. Y ahora tú también puedes disfrutarlo.
El mijo, el humilde grano que constituye el corazón del pshennik, requiere cuidados mínimos y crece sin necesidad de pesticidas dañinos. Es una excelente fuente de fibra, superando a muchos otros cereales. Estudios científicos han revelado que el mijo contiene al menos el doble de calcio que el arroz y es más rico en hierro. Refuerza notablemente el sistema inmunitario, reduce los niveles de colesterol y regula el azúcar en sangre. Por último, el mijo es un cereal sin gluten, lo que lo convierte en una opción adecuada para quienes tienen restricciones dietéticas.
Horneado con frutos secos, el pshennik es un postre delicioso y nutritivo que hará las delicias de niños y mayores.
Ingredientes (para 6 raciones):
- 200 g de mijo
- 1 litro de leche
- 3-5 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 50-60 g de mantequilla (opcional)
- Una pizca de vainilla
- 100-150 g de frutos secos (albaricoques secos, pasas, ciruelas pasas o lo que prefiera)
Preparación:
En primer lugar hay que preparar el mijo. Selecciónalo y enjuágalo hasta que el agua salga clara. Vierte agua hirviendo sobre el mijo y déjalo reposar durante 2-3 minutos para eliminar cualquier amargor. Escurrir el agua y colocar el mijo en una bandeja de horno (de unos 20 cm de diámetro).
A continuación, preparar los frutos secos. Vierte agua caliente sobre los frutos secos y déjalos en remojo de 5 a 10 minutos para que se ablanden. A continuación, enjuagar y escurrir.
Ahora es el momento de mezclar los ingredientes. Añadir los frutos secos remojados a la fuente de horno con el mijo; si es necesario, corta los albaricoques secos grandes en trozos.
Espolvorear sal, azúcar (al gusto) y una pizca de vainilla sobre el mijo y los frutos secos. Si lo deseas, añade mantequilla a la mezcla. Este paso es opcional pero realza el sabor.
Vierte la leche directamente del frigorífico sobre los ingredientes de la fuente de horno. No es necesario precalentar la leche.
Mezclar suavemente todos los ingredientes en la fuente e introducir en el horno precalentado a 180°C. Hornear el mijo durante aproximadamente 70 minutos. El tiempo exacto puede variar dependiendo del horno, pero el mijo debe dorarse y los bordes de la mezcla deben retirarse ligeramente de las paredes de la fuente.
Para saber si está hecho, comprueba si hay una corteza dorada en la parte superior y leche ligeramente reducida en el centro. Cuando esté listo, retira la fuente del horno y deja enfriar.
El pshennik al horno está delicioso tanto caliente como frío. Sírvelo para desayunar, como tentempié o como postre.
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