Antiguos santuarios del Ártico: ¿quién los construyó y por qué?
Más allá del círculo polar ártico no sólo viven rusos, sino también representantes de 40 pueblos indígenas del Norte. Se trata de los nenezos, sami, chukchi, nganasanos, yucaguiros y muchos otros. Los habitantes del Norte aprecian las tradiciones de sus antepasados, que honraban el poder de la naturaleza. En el Ártico queda un gran número de antiguos santuarios, donde solían celebrarse rituales tradicionales. Algunos lugares se siguen visitando hoy en día para dar apoyo a los espíritus.
1. Lago sacro Lama
El lago Lama, en la región de Krasnoyarsk, no está habitado, sólo hay unos pocos campamentos de excursionistas. La mayoría de las veces, las rutas hacia la inaccesible meseta de Putorana parten desde aquí.
El extremo oriental del lago ha sido un lugar de poder durante siglos, aquí se encontraron ídolos evenki de madera y, según las leyendas, la última chamana evenki vivió aquí a finales de la década de 1930. También hay una montaña donde se puede ver la imagen de Shaitán.
Los pueblos del norte consideran sagradas las aguas y orillas de Lama y creen que cumple deseos.
Antes vivían aquí otros pueblos, de los que no se sabe prácticamente nada. A mediados de la década de 1970 se encontraron aquí objetos de bronce, los primeros de los cuales datan del siglo XVIII a.C.. Entre ellos había objetos rituales. Y también se hallaron estructuras artificiales de mampostería megalítica en distintos lugares.
Más información sobre el lago en nuestro artículo.
2. Paseo de las ballenas en Chukotka
La remota isla de Itigrán, en el mar de Béring, es conocida por ser el asentamiento más antiguo de los cazadores de mar esquimales. Hasta la década de 1940 hubo aquí un asentamiento sikliuk, cuyos habitantes se trasladaron a tierra firme. Y junto a él, en la década de 1970, durante una expedición unos científicos descubrieron un paseo de ballenas. Data de los siglos XIV-XVI, pero no se sabe para qué fue creado.
La avenida está formada por dos hileras de huesos de ballena gris y ballena de Groenlandia de unos 500 metros de largo. Los huesos están divididos en varios grupos e instalados en un orden determinado. La escala de la construcción es asombrosa: los huesos alcanzan los 5 metros de altura y los 300 kg de peso, pero todos están firmemente clavados en el suelo. Hay cráneos de ballenas y fosas donde se almacenaban las presas.
Algunos expertos creen que este paseo era un lugar sagrado para los cazadores marinos. Otros creen que los cazadores secaban sus barcos boca abajo sobre estos huesos y utilizaban los cráneos para amarrar sus embarcaciones.
3. Ídolos de la isla de Vaigach
En el distrito autónomo de Nenetsia, entre los mares de Bárents y Kara, se encuentra la isla de Vaigach. Los nenezos la consideran sagrada. Ya en el siglo XVI, los viajeros descubrieron cientos de ídolos, de los cuales una docena y media han llegado hasta nuestros días. Lo más probable es que aquí los pueblos del norte hicieran ofrendas a los espíritus y pidieran que les enviaran buena suerte en la pesca y la caza.
Curiosamente, la isla estuvo deshabitada hasta la década de 1930, aunque se conocía su existencia. Sólo se utilizaba como punto de transbordo. Pero con el inicio de la industrialización, los geólogos hallaron yacimientos de mineral en estas zonas. Entonces apareció aquí el único asentamiento Varnek, llamado así por el apellido de uno de los exploradores polares. En las minas trabajaban sobre todo prisioneros. Ya en 1938 hubo que interrumpir la explotación, pues las minas empezaron a inundarse de agua. Hoy viven en el asentamiento unas cien personas.
4. Isla de Stolb, Yakutia
En el extremo norte de Yakutia, el gran río siberiano Lena desemboca en el mar de Láptev del océano Ártico. En su delta se encuentra la isla de Stolb (Pilar, en español), de 114 metros de altura, tal es el punto de partida del río. El pueblo yucaguiro considera esta isla un lugar sagrado.
Dicen que esta isla fue creada por un chamán en el lugar donde sus enemigos mataron a su hija, y el alma de ésta puede aparecerse a la gente. Para “aplacar” a los espíritus, que pasan por la isla, lanzan caramelos o monedas. Por cierto, hoy en día los pocos turistas que llegan a estos lugares remotos, hacen lo mismo.
5. Laberintos del Norte de Rusia
Las “Babilonias” de piedra más grandes (los laberintos se llaman así por su forma en espiral) se encuentran en las islas Solovetski, pero estructuras similares se encuentran en otros lugares del norte ruso. Más allá del círculo polar ártico, los laberintos más famosos se encuentran cerca de la ciudad de Kandalaksha y el pueblo de Umba, en la región de Múrmansk. Todos los laberintos de Rusia se encuentran cerca del agua: en islas o en la desembocadura de ríos (¡pero no en lagos!).
Los laberintos septentrionales empezaron a describirse sistemáticamente en el siglo XIX, aunque pueden encontrarse menciones a este tipo de construcciones incluso a mediados del siglo XVI. La descripción más completa de los laberintos de las islas Solovetski fue recopilada por el etnógrafo Nikolái Vinográdov en 1927. Los científicos aún no saben para qué servían estos laberintos. Muchos investigadores modernos creen que estas construcciones tenían un significado ritual.
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