¿Cómo era el ROBOT secretario soviético?
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Imagina tener un asistente personal que nunca duerme, nunca comete errores en los documentos y siempre está disponible. Exactamente ese fue el tipo de asistente que creó Borís Grishin, un profesor de dibujo de Kaluga. Se trataba de un androide de tamaño humano.
En 1966, la revista soviética Téjnika Molodezhi (Tecnología para la Juventud) anunció un concurso para el mejor robot humanoide. Grishin decidió participar con su “Secretario Radioelectrónico Automático”, o “ARS” por sus siglas en ruso. Lo había diseñado como un asistente doméstico para su anciana madre.
¡Y lo que el robot podía hacer (para su época) era simplemente asombroso!
El “ARS” podía moverse por la casa, traer medicinas a una hora determinada, contestar llamadas telefónicas, grabar mensajes (hasta 30 al día, de 2 minutos cada uno), abrir la puerta a los invitados y recibirlos, despertar a las personas por la mañana reproduciendo grabaciones de ejercicios matutinos, así como encender y apagar luces y aparatos eléctricos. También tenía una bandeja de servicio: incluso podía servir bebidas y responder a comandos de voz.
El robot estaba hecho de láminas de aluminio y pesaba unos 100 kg. En su interior tenía 13 motores eléctricos, un teléfono incorporado y dos grabadoras. Grishin desarrolló de forma independiente el mecanismo que daba voz al robot.
Pero la parte más compleja era el brazo: debía realizar movimientos precisos.
Grishin pasó unos tres años en total desarrollando su invento. En el concurso, su robot fue reconocido como el más complejo.
Por cierto, se ha conservado hasta hoy: el “ARS” está expuesto en el Museo Estatal de Historia de la Cosmonáutica en Kaluga.