Cuando en la URSS se colocaban llantas de helicópteros en los coches de carreras
En la década de 1950, las carreras automovilísticas se volvieron cada vez más populares en la URSS. Los diseñadores soviéticos crearon vehículos de carreras que se parecían a los de Fórmula 1. En 1958, en la Estonia soviética, se construyó un bólido que se acabó convirtiendo en toda una serie. La fábrica de Tallin fue la mayor productora de coches de carreras del país.
La escasez de piezas de recambios, desde las más simples hasta la más esencial, era un problema que agudizaba el ingenio. No se disponía de, árboles de levas a medida o simplemente llantas de aleación.
Los pilotos optaron entonces por modificar las piezas que tenía a mano o fabricar las suyas propias con piezas de fabricación nacional. Y así fue alguien se fijó en las ruedas de helicóptero.
Según Dzen.ru, los trabajadores de algunas plantas aeroespaciales o de vehículos militares, al terminar su turno, pasaban a hacer horas extras para fabricar llantas de carreras a medida para los pilotos. Para ello adaptaban llantas diseñadas en principio para vehículos blindados o helicópteros.
Se dice que los pilotos con mejores conexiones conseguían llantas de aluminio originalmente diseñadas para la serie BDRM de vehículos blindados de reconocimiento.
Sin embargo, una llanta de aluminio era un producto muy caro en la Unión Soviética y, en su lugar, el producto estrella acabó siendo la llanta K2-116 de magnesio, utilizada en helicópteros como los Mil Mi-4 y Mi-8 y aviones como los Antonov An-28 y el Iliushin Il-18.
Estas pesaban unos 8 kg cada una y hacía a los bólidos soviéticos más ligeros incluso que algunos coches de carrera actuales.
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