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Cómo un pensionista soviético falsificó artefactos históricos

Kira Lisitskaya (Photo : M. Makoveïev/Sovetskaïa Rossia, 1963 ; N. Deligenskaïa/Naouka i jizhn, 1974 ; Orest Kiprenski/Galerie Tretiakov)
A mediados del siglo XX, Antonín Rámenski creó una leyenda según la cual descendía de una dinastía de maestros. Fingiendo estar revisando archivos familiares, supuestamente encontró cartas y pertenencias de Lenin y Pushkin. El engaño solo se descubrió en la década de 1990.

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En la época soviética, la figura del poeta Alexánder Pushkin se elevó literalmente a la categoría de culto. El escritor Serguéi Dovlátov trabajó como guía turístico en la finca Mijáilovskoe de Pushkin en la década de 1970 y, en su libro Colinas Pushkin, se burla irónicamente de cómo el personal del museo se desvivía por cada uno de los objetos personales del poeta.

Cualquier hallazgo asociado al nombre de Pushkin, el más mínimo autógrafo, un ex libris o incluso un simple objeto material, se consideraba una reliquia de gran valor.

A menudo, se atribuían erróneamente manuscritos al poeta, pero también hubo casos de falsificaciones deliberadas. El más sonado está relacionado con el fraude literario de Antonín Rámenski.

Pensionista soltero con pensión estatal

Antonín Arkádievich Rámenski en 1956.
«La dinastía de maestros Rámenski» M. Makovéiev / Soviétskaya Rossíya, 1963

Antonín Rámenski resultó ser tan hábil creador de mitos que hoy en día es difícil determinar qué hechos de su biografía son reales. Nació en 1913 en la provincia de Tver, se graduó en un colegio pedagógico y trabajó como maestro en una escuela fabril. Alrededor de los 20 años se trasladó a Moscú y se convirtió en propagandista y agitador, militante del Komsomol (la organización juvenil del Partido Bolchevique) y luego miembro del Partido Bolchevique. La actividad partidista era la única forma en que un hombre de provincias sin talentos especiales podía forjarse una carrera brillante.

En la década de 1950, Rámenski empezó a tener problemas de salud, ya fuera porque le habían golpeado durante la campaña política o por dolores residuales de una conmoción sufrida durante la guerra (aunque no participó en combate). Recibía una pensión estatal y, sentado en casa, comenzó a componer una nueva biografía sobre sí mismo. En ella, se convirtió en un solitario pensionista descendiente de una antigua dinastía de maestros.

Dinastía falsa

La familia de Nikolái Pajómovich Rámenski alrededor de 1910.
Dominio público

En realidad, sí hubo algunos maestros entre los antepasados de Rámenski: por ejemplo, su abuelo daba clases en una escuela parroquial, mientras que su tío abuelo era director de instituciones educativas en distintas provincias. Y, según la leyenda familiar, estaba relacionado con la familia de Lenin.

Rámenski -ocultando el hecho de que sus antepasados eran del clero- empezó a elaborar un árbol genealógico falso. Al principio, fue modesto en su fantasía y se inventó solo 200 años de linaje, conectándolo con Pedro el Grande. Pero después amplió la cronología y la geografía, y vinculó a sus familiares incluso con Iván el Terrible. En esta versión, todos sus antepasados eran eminentes maestros, dedicados a actividades educativas y relacionados con las personalidades más famosas de su tiempo, desde Pushkin hasta Lenin.

Rámenski difundía sus relatos con ayuda de periodistas. No dejaba de inventar detalles cada vez más sensacionales sobre sus antepasados. También inventó un archivo falso, que supuestamente contenía miles de cartas de personajes ilustres y valiosos objetos materiales. Incluso envejecía el papel con gran habilidad para sus fraudes.

Uno de sus primeros fraudes exitosos, que se comentó en toda la Unión Soviética, fueron las supuestas “notas” de Lenin sobre el texto del primer programa del partido. Rámenski también las “encontró” en su archivo.

Falsificación de reliquias de Pushkin

El libro "Ivanhoe" con versos y dibujos falsificados atribuidos a Pushkin. Fotografía "reforzada" con rayos infrarrojos
«El misterio del libro antiguo» N. Deliguinskaya / Nauka i Zhizn, 1974

Los casos más sonados estuvieron relacionados con Pushkin. Rámenski creó toda una colección de reliquias de Pushkin, falsificó inscripciones y dibujos, y los vendía o los donaba a grandes instituciones. Logró engañar a una enorme cantidad de investigadores.

En 1963, la Casa Pushkin adquirió de Rámenski un volumen de Ivanhoe de Walter Scott, con anotaciones supuestamente hechas de puño y letra de Pushkin, incluida una dedicatoria y dibujos.

“La compra fue aprobada por varios expertos de renombre y, durante casi 30 años, el libro se conservó entre los autógrafos originales de Pushkin”, cuenta Vladímir Turchanenko, uno de los conservadores del Fondo de Manuscritos de Pushkin.

Rámenski también “encontró” utensilios domésticos e incluso la camisa de bautizo del poeta entre las reliquias atribuidas a Pushkin.

Los fraudes de Rámenski desenmascarados

"La camisa de bautizo de Pushkin" y "la toalla de Arina Rodiónovna" en la casa de V. L. Pushkin en Moscú
Shakko (CC BY-SA 4.0)

La comunidad científica solo empezó a sospechar falsificaciones 20 años después. En 1985, la prestigiosa revista Novi Mir publicó un extenso artículo titulado El Acta, que era una recopilación sacada de aquel archivo completamente ficticio. En él se describía con detalle toda la supuesta historia de la dinastía y se citaban cartas de personajes célebres dirigidas a Rámenski.

La historia familiar ya estaba tan sobrecargada de fantasías inverosímiles, que ver toda esa información reunida en un solo lugar provocó la indignación de los historiadores. Se dieron cuenta de que muchas cosas simplemente no correspondían con la realidad. Pero Rámenski ya no pudo responder a las críticas: falleció ese mismo año.

Diez años después, en 1995, Tatiana Krasnoborodko, conservadora del departamento de manuscritos de la Casa Pushkin, examinó la firma de Pushkin en el volumen de Ivanhoe y así desenmascaró la falsificación. Luego, descubrió que otros supuestos “hallazgos” también eran falsos.

Y, sin embargo, según algunos expertos, falsificaciones de Pushkin realizadas por Rámenski todavía se conservan incluso en museos oficiales. Y el escudo de armas del asentamiento rural de Itomlia, en la región de Tver (donde Rámenski “encontró” su archivo), sigue mostrando una vela: símbolo de la ilustración, inventado por el propio Rámenski.

Escudo del asentamiento rural de Itomlia, óblast de Tver
Dominio público