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¿Sabías que el huevo Kinder Sorpresa se inventó en Rusia hace más de 100 años?

Huevos de Pascua con juguete dentro (1906) en el Museo de Historia del Chocolate ruso
Ekaterina Chesnokova / Sputnik
Los diminutos juguetes dentro de huevos de chocolate aparecieron por primera vez en las fábricas de confitería de Moscú a principios del siglo XX.

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En el Imperio ruso, los huevos de chocolate con sorpresa eran un dulce regalo para los niños en Pascua. Se empezaron a producir, más o menos, al mismo tiempo en las fábricas de confitería de Johann Ding y Alexéi Abrikósov en Moscú, y luego aparecieron en otras fábricas del país.

A principios del siglo XX, la fábrica Ding disponía de 31 tipos de huevos de Pascua de chocolate. Se vendían para Pascua con números, del 1 al 31. Sin embargo, algunos historiadores creen que había más tipos.

Huevo de chocolate de Pascua con "sorpresa" número 6
Ekaterina Chesnokova / Sputnik

En su interior había caramelos de menta, dibujos y figuritas de porcelana. Si un cliente reunía toda la serie de juguetes y los devolvía a la tienda, recibía un nuevo huevo de Pascua.

El huevo en sí estaba formado por mitades pegadas con jarabe de azúcar. Todos los envoltorios eran diferentes y estaban pintados a mano.

Abrikósov tenía ocho tipos de huevos de chocolate con adornos y figuras en su interior.

Gama de productos de la fábrica de Alexéi Abrikósov
Dominio público

La fábrica de Alexéi Lágodin hacía cinco tipos de huevos de chocolate, así como varios tipos de "bombas de chocolate". La fábrica de confitería Sioux de Moscú también ofrecía "huevos con sorpresas en una lata" y "huevos de chocolate con bisagras".

Artículos de la fábrica de Lágodin
Dominio público

La fábrica del suizo Maurice Conradi en San Petersburgo ofrecía huevos de chocolate de diferentes colores para Pascua.

Los huevos costaban a partir de 8 kopeks la unidad, es decir, más o menos lo mismo que una barra de pan. Pero también había grandes piezas de colección, cuyo coste superaba el salario mensual de un trabajador normal.

Tras la Revolución, las fábricas de chocolate de Rusia fueron nacionalizadas y sus propietarios, en su mayoría, emigraron. Sólo los huevos de Pascua de Ding y los viejos catálogos de otras fábricas han sobrevivido hasta nuestros días.