Un día como hoy, hace 280 años, nació un gran almirante ruso que fue santificado en el siglo XXI

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‘Gracias a Dios... durante toda la existencia de la flota bajo mi mando en el mar, por la preservación de la Suma Bondad, no se ha perdido ni un solo barco y ni una sola persona de nuestros servidores ha sido hecha prisionera por el enemigo’, afirmaba el destacado comandante naval ruso Fiódor Fiódorovich Ushakov.

Estas palabras no eran fanfarronadas. Realmente salió victorioso de todas las pequeñas y grandes batallas navales en las que participó.

Ushakov no temía correr riesgos y actuar fuera de los patrones normalmente aceptados. Con valentía rompió en ocasiones el orden de batalla, improvisó, dividió las fuerzas, maniobró, creó una ventaja en la dirección elegida para asestar el golpe principal.

La guerra ruso-turca de 1787-1791, durante la cual consiguió infligir a los turcos varias derrotas sensibles, incluida una brillante victoria en el cabo Kaliakria, fue su mejor momento. Durante la campaña mediterránea de 1798-1800, sus tropas liberaron las islas Jónicas de los franceses e incluso entraron en Roma.

En 1807, el almirante se retiró y se fue a su pueblo en la provincia de Tambov. Los últimos diez años de su vida los dedicó a la iglesia, las oraciones y la caridad. Ushakov visitaba regularmente el monasterio de Sanaksarski y en todos los servicios, a pesar de su avanzada edad (ya tenía más de 60 años), se ponía a la altura de los hermanos del monasterio. Durante la Gran Cuaresma, el comandante naval vivía en el monasterio en una celda.

Su vida piadosa llevó a la Iglesia Ortodoxa Rusa en 2000 a clasificar al almirante como santo de honor local de la diócesis de Saransk, y en 2004 - santo de toda Rusia como guerrero justo.